Bernalense de pura sepa, el arte llevó a Marcelo Gómez a recorrer el planeta, siendo considerado como uno de los mejores tenores del mundo. El 10 de diciembre se presentará en la ceremonia de los Premios DQ y su participación no es caprichosa, ya que el canto y el deporte son las dos pasiones que lo guiaron a lo largo de toda su vida.

Bernalense de pura sepa, el arte llevó a Marcelo Gómez a recorrer el planeta, siendo considerado como uno de los mejores tenores del mundo. El 10 de diciembre se presentará en la ceremonia de los Premios DQ y su participación no es caprichosa, ya que el canto y el deporte son las dos pasiones que lo guiaron a lo largo de toda su vida.

- Siendo un tenor reconocido internacionalmente, rompés con la dicotomía que tienen muchos padres entre actividades artísticas o deportivas, como si estas no pudieran ir de la mano. Contanos qué deportes practicaste y que aportaron a tu vida...

- El deporte y el arte efectivamente pueden ir de la mano. En mi caso, mis padres siempre me apoyaron en todo lo que quise hacer, acompañaron y alentaron en ambas vertientes. Desde muy chico practiqué deportes, siendo mi gran pasión el básquet, disciplina a la que le dediqué casi veinte años. También practiqué rugby, handball, lanzamiento de bala y jabalina. En mi vida aportaron una infancia sana, feliz, dándome un grupo de amigos y el orgullo de portar la camiseta de mi querido Club Atlético Bernal.

- A la par de esas actividades, ¿a qué edad empezaste a incursionar en la música?

- Comencé a cantar a los 10 años aproximadamente, cuando estaba en quinto grado de la primaria, en los fogones de Bernal. Así que a partir de ese período, el deporte compartió espacio con mi otra gran pasión. Mis comienzos como cantante fueron en el Grupo Vocal La Paz, coro de la ciudad de Quilmes y a los 18 empecé mi carrera profesional.

- Desde tu infancia estás muy relacionado con el Club Atlético Bernal (NdeR: su padre, Valentín, fue pionero del básquet local y gran gestor del CAB), ¿cuál creés que es la importancia social de los clubes de barrio?

- Cumplen una función imprescindible en la sociedad: la contención de los chicos, porque hacer un deporte te forma como persona al relacionarte con pares que comparten tu vida por largas horas de diversión y aprendizaje. Lamentablemente, hoy en día las cosas cambiaron mucho y no se vive de la misma forma en la cual yo me crié en el club. Recuerdo, por ejemplo, que si mi mamá no llegaba a buscarme, me quedaba hasta cualquier hora jugando y practicando con mis amigos.

- Falta cada vez menos para la ceremonia de los Premios DQ al Deporte Quilmeño 2014 ¿podés adelantar algo de cómo será tu participación en el evento?

- Siempre estoy dispuesto en cada presentación a brindar lo que amo: cantar y mostrar con pasión lo que hago, haciendo sentir al espectador parte del espectáculo.

- Para finalizar, y adelantándonos al comienzo de la votación, ¿a qué quilmeño candidatearías como Deportista del Año?

- La verdad es que estoy un poco desconectado en estos momentos del deporte zonal, pero gracias a mi hermano (NdeR: Juan Manuel, vicepresidente del CAB y entrenador de fisicoculturismo) estoy bastante informado del fisicoculturismo. Por eso, considero que Adrián Acosta, quien se coronó este año campeón argentino de la categoría Men’s Phisyque en Córdoba, ha alcanzado muchos logros en poco tiempo, lo cual es algo digno de destacar.

¡Qué carrera!

Marcelo Gómez (1980) integró diversos coros como Grupo vocal La Paz y el Coro Wagneriano destacándose como solista. Incursionó en la comedia musical en obras como Kolbe, solo el amor crea, Jesús de Nazareth, la pasión, Hechos de los Apostoles, Frankenstein, el musical de un alma perdida, Hola Dolly, soy Betty y, por último, Sweeney Todd, interpretando al Alguacil Bamford.

Ha participado en las óperas Fausto, Il Trovatore y El holandés errante, producidas por Buenos Aires Lírica. Lo Mejor de la Zarzuela y también opereta como La viuda alegre, desempeñando el rol de Pritskits. Todos estos espectáculos en el Teatro Avenida.

En 2004 fundó del dúo M&M Tenores junto a Martín O’connor y en 2009 fue semifinalista del certamen internacional de Opera Competizione dell´opera realizado en Bremen y Dresden, Alemania.

Interpretó, tanto en el Teatro Maipo como en la gira nacional e internacional, al Tenor Tony Candolino en la obra Master Class de Terrence McNally, dirigida por Agustín Alezzo y protagonizada por Norma Aleandro.

En septiembre de 2013 fue seleccionado como uno de los diez finalistas del certamen Competizione dell´opera, en esta ocasión en la ciudad de Linz, Austria, y en mayo de este año fue el único seleccionado de Sudamérica para participar del concurso Grand Prix De L’Opera Bucarest realizado en junio en la ciudad de Bucarest, Rumania.