Poco importó en esa explosión del final, el repaso de los noventa minutos que se vieron en el campo de juego. En lo que, sin dudas, su peor actuación en lo que va de este arranque de temporada, Argentino de Quilmes bancó la parada, sacó el pecho en una cancha brava y ante un rival encumbrado, y sobre la hora terminó derrotando a domicilio a Lamadrid con un gol de Marclay. De esta manera, los dirigidos por Oscar Santángelo bajaron a un potencial candidato y son punteros del certamen.

Historia rara la vivida por el elenco de la Barranca en su paso por Devoto. Una formación que habitualmente se caracteriza por tratar bien a la pelota, ser prolijo en su tenencia y con una mirada constante puesta en el arco contrario, esta vez debió mostrar su versión más más combativa y luchadora. Arrastrado en varios momentos por su rival, Argentino leyó el partido y fue astuto para primero, conservar lo que tenía, y después aprovechar las deficiencias del local.

En una cancha con el terreno muy duro, Lamadrid se mostró más a gusto y con un atrevido Federico Díaz como estandarte, fue un poco más a lo largo del juego. Pese a eso, por el poder individual, el Mate siempre cuenta con la chance de resolver jugadas y generarse sus situaciones. En la más clara de la primera mitad, Valenti desperdició un mano a mano con el arquero Valiñas.

Y cuando menos lo buscaba, encontró la ventaja con un zapatazo de Sebastián Arias, que increíblemente se le coló al arquero carcelero. Era el momento de jugar con esa ventaja, pero Lamadrid de lo llevó por delante y tras una jugada confusa, el juez terminó sancionando penal por supuesta mano del autor del gol. El eterno goleador del ascenso, Eugenio Peralta Cabrera, lo transformó en gol con una exquisita pegada en la definición.

A partir de ahí, los de Santángelo entendieron que, al no poder mostrar su mejor versión y después de tanto desgaste, no había que complicarse y debía sacar adelante el encuentro como sea. Inclusive, pasando más tiempo del acostumbrado con la cola puesta cerca del arco defendido por Adrián Leguizamón. Pero el fútbol siempre tiene imponderables…

Cuando casi se jugaba el cuarto minuto de descuento, Bilotti dejó corta una pelota, el ingresado Spínola fue rápido para meterse en el camino, llegó antes que el arquero y cedió a un costado para que Marclay definiera solo, de frente al arco.

Increíble, inesperada, pero a la vez muy festejada victoria. Para que la Barranca sepa que este equipo, pese a que no siempre muestra su mejor cara, está decidido a dar todo por cumplir una buena campaña. Y al menos, jugadas apenas tres fechas, pueden celebrar al verse como uno de los conjuntos que miran al resto desde lo más alto de la tabla.

Foto: Sebastián Ongarelli