Parece que Argentino de Quilmes ha comenzado a dejar pasar el tren. O al menos ya no consigue la regularidad de triunfos que lo llevaron a lo más alto de la tabla y que lo hacían soñar con una realidad más cercana aún a la lucha por el ascenso directo. Al igual que hace una semana atrás, el elenco dirigido por Oscar Santángelo no pudo terminar de redondear una actuación totalmente positiva y, pese a haber estado más cerca del triunfo en el tramo complementario, no pasó del empate ante otro encumbrado como Laferrere.

Pese a mantener el invicto en su cancha, al ritmo ganador que tiene que tener un conjunto que pelea por el primer puesto sumar a través de empates son considerados casi una derrota a esta altura de la temporada. Sobre todo, en medio de un campeonato tan parejo y donde, si pestañas de más, un malón de rivales te pasan por arriba y te bajan rápidamente de las principales posiciones.

Sn dudas, el Mate no atraviesa su mejor momento de la temporada, sino todo lo contrario. Un triunfo en las últimas sietes jornadas son un fiel reflejo de esta situación, que también tiene su correlato en el rendimiento. Este sábado en la Barranca, el equipo volvió a ser superado durante gran parte de la etapa inicial, transformando a Adrián Leguizamón en la principal figura del trámite. La buena fue que, pese a la ventaja conseguida a los 35 minutos por Damián Giménez para la visita, sesenta segundos más tarde Gastón Gauna logró un veloz empate.

El Celeste mejoró para la segunda parte. Es más, se transformó en el claro dominador de las acciones y tuvo varias para sacar la diferencia pero siempre falló en la definición, pese a otra buena actuación de Marclay. La historia estaba juzgada, dos de los encumbrados en la tabla debían conformarse con el empate. Para Argentino el punto suma poco, pero por ahora que nadie lo baje de la lucha.