El objetivo planteado en mayo de 2014 está pronto a hacerse realidad, ya que el predio de divisiones inferiores del QAC contará con una superficie de césped sintético por primera vez en veintiséis años de vida. El próximo jueves 9 de julio será un día histórico, ya que está prevista la inauguración de esta obra que fuera iniciativa de dos socios, pero que a su vez contó con el apoyo y esfuerzo de un montón de otros hinchas. Es mucha la gente que contribuyó con la causa y aportó desde lo económico y desde el tiempo destinado.

La idea, y necesidad al mismo tiempo, surgió a partir de todos los días de entrenamiento que se perdían a raíz de las lluvias. Dado que se conocía la situación económica del club, el objetivo era comenzar a generar ingresos.

Todo comenzó con la compra de la alfombra. Esa etapa se cumplió gracias a la recaudación a través de la venta de bonos de 150 pesos por metro cuadrado (fueron alrededor de 400), la gestión de la CD para un aporte de Fernando Elizari y lo recaudado por el evento El sueño del pibe (partidos disputados en el Estadio Centenario, organizados por un grupo de socios).

Posteriormente, continuaba la parte más difícil, la de la obra, ya que por las condiciones del suelo del predio, se iba a necesitar mucha tosca para rellenar y muchas horas de máquinas hasta llegar a lograr un suelo cemento, así como prever y anticiparse al desagüe en los días de lluvia (se confeccionó una viga para evitar el ingreso de agua desde el suelo). Aquí fueron importantes las cenas, rifas, fiestas, bonos contribución, aporte de jugadores a través de la compra de camisetas, aportes de la CD (algunos ingresos ordinarios surgidos de cuotas anuales, cánones, publicidades), subasta de ropa de modelos viejos y talles discontinuos, así como el financiamiento de las dos empresas que hicieron posible la obra, el aporte indispensable de Leonardo Barca (donó todos los postes para el alambrado y arcos) y el apoyo y compromiso de los empleados del club.

Finalmente, quedaba el alambrado, comprar caucho, arena, pintura, redes y colocar el césped. Aquí otra vez fue importante la puesta a disposición de indumentaria y la predisposición de toda la gente a colaborar.

Los alrededor de $ 650 mil que se juntaron fueron generados a base de esfuerzo e ingenio, casi sin comprometer ingresos al club. Todo se dificultó ya que muchos de los ingresos planeados por distintas circunstancias no se dieron. Pero se pudo llegar finalmente.

Si bien las caras visibles, aquellos que se plantearon la idea y apostaron a llevarla adelante, fueron Gonzalo Tola González y Mateo Magadan, desde la organización, coordinación, responsabilidad y acción, fueron muchos los que se involucraron y vieron que lo que se estaba haciendo era lo mejor para el club.

Son ellos los responsables de una obra que servirá de mucho a la institución cervecera, principalmente para cubrir una necesidad básica y se había transformado en una deuda pendiente que tenía el club.