Teniendo en cuenta la realidad de uno y otro, el partido ya era difícil de antemano. Por eso no sorprende que Central Córdoba haya mostrado mayores capacidades y virtudes para quedarse con la victoria. Pero más allá de esto, Argentino de Quilmes se hizo fuerte desde su arquero, Adrián Leguizamón, y aguantó el partido hasta el minuto final. Los rosarinos querían un triunfo para seguir en la punta y hasta fallaron un penal. Para los de la Barranca es un punto que suma en un momento complicado.

Después de tantas malas, por fin el Mate puede salir airoso de una partida complicada. Tenía todas las de perder en la previa, pero se entregó por completo y, en base al coraje y las ganas, supo aguantar a un adversario que se le vino encima y mostró una mayor ambición, lógicamente, impulsado por su realidad en el campeonato.

Lo mejor del Celeste se vio en el primer cuarto de hora, donde tuvo una clara con un cabezazo de Valenti. Pero a partir de ahí, el local comenzó a inclinar el campo y tapada tras tapada fue erigiendo a Adrián Leguizamón en la gran figura de la tarde. A esa altura, el equipo de Manzini empezó a darse cuenta que primero tenía que asegurarse el cero, ante un adversario que hoy es superior.

Y así se jugó toda la parte final, pero la ineficacia o la poca capacidad a la hora de definir la situación a favor, le terminaron jugando una mala pasada al Charrúa, que tuvo la más clara a la media hora de esa etapa: penal que el Colorado Resler terminó fallando, dejando con vida a su rival. Pese a algún intento de contra, el cierre lo mostró a los de la Barranca con el corazón en la mano, cubriendo espacios e intentando achicarle opciones a su rival.

Tanto esfuerzo, valió un punto. Tanta entrega le permite al Mate irse de Rosario con la frente en alto y con una vida más, de cara al desenlace de la temporada. Ahora llegó el momento de empezar a ganar, todo lo que pueda, ya que es la única manera que tenga alguna opción de ingresar al Reducido.