La expectativa estaba puesta en ver cuál era la reacción de Quilmes, después del duro traspié que vivió en el debut del campeonato. Jugando como local y frente a un adversario directo como Colón, el equipo de Grelak debía cambiar su imagen y sumar sus primeros puntos. Pero la historia del Monumental volvió a repetirse: pagó caro los errores en el retroceso, dio ventajas defensivas y terminó siendo goleado por segundo partido consecutivo. Sobre llovido, mojado.

Difícil poder salvar a este Quilmes de sanas intenciones, pero que le cuesta cristalizarlas. Aunque intente ser ofensivo, termina siendo errático en el armado del juego y aún no ha podido demostrar el poder de gol necesario de todo conjunto que tiene como meta principal el arco contrario. Encima, con poca marca en la mitad de la cancha, da ventajas increíbles en el sector defensivo y, un equipo como el santafesino que quizás llegó en la misma cantidad de oportunidades, lo terminó goleando.

El primer tanto llegó a partir de un contraataque del Sabalero, que definió debajo del arco Mazurek ante la escasa posibilidad de corte del QAC. Lo empató con un cabezazo de Rescaldani y en el arranque de la parte final, cuando volvía a mostrarse mejor que el adversario, otra contra finalizó con una supuesta mano de Calello en medio del chaparrón. Penal-gol de Ledesma y otra vez en desventaja.

Allí aparecieron todos los errores juntos: marcó mal en una pelota parada, para que Ledesma también concretara el tercero, dejó libre al petizo Nicolás Silva para que le emboque el cuarto de cabeza, entrando solo por la izquierda y todo se fue al tacho nuevamente en un par de minutos. El buen ingreso de Damián Arce y algunas colaboraciones de Brian Mansilla solo sirvieron para maquillar un poco la historia con un penal convertido por Rescaldani, inventado por el árbitro.

Dos partidos jugados, dos derrotas. Tres goles a favor y nueve en contra. Desde lo numérico, el comienzo es muy malo. En la cancha hay mínimos matices positivos que el Cervecero deberá ampliar por el simple hecho que deberá empezar a sumar lo antes posible, antes de meterse en una situación complicada mucho antes de lo pensado.