El médico quilmeño Ernesto Andrés Orlando es el único recordman argentino de natación de la historia. Sin embargo, su llegada a esta disciplina recién se dio luego de jubilarse de su cargo en el Hospital “Juan Perón” de Avellaneda. Ahora, a los 84 años y con una vitalidad envidiable, se prepara para participar en su séptimo mundial de la categoría Master. Un verdadero maestro.

¿Cómo fue que se convirtió en atleta de elite?

- De casualidad. De chico nadaba en verano y competía en los torneos del Club Quilmes, Cervecería y Alemanes, pero no seguí. Cuando me jubilé empecé con mi hermano, que era entrenador de atletismo y natación. Participé en un torneo provincial del Colegio Médico y ahí otro nadador me dijo que tenía condiciones para la categoría Master.

- ¿Lo atrapó el deporte o se entusiasmó porque se dio cuenta que podía competir junto a los mejores?

- En mis primeros dos torneos –Mar del Plata y Uruguay- comencé a comparar mis tiempos con los de los mundiales y vi que tranquilamente podía competir. Igualmente, como médico, siempre fui un impulsor del deporte para mejorar la calidad de vida. Soy un convencido de que hay que moverse aunque tengas 100 años.

- ¿A qué edad empezó a competir en categoría Master?

- A los 67 años. Me largué y fui al Mundial de Indianápolis, Estados Unidos, en el que salí 5º, entre más de 40 nadadores. Y no participa cualquiera en esas competencias, hay que tener una marca máxima, un tiempo predeterminado, para poder entrar.

- Entonces, desde que volvió a nadar hasta su primer torneo pasó muy poco tiempo…

- Sí, empecé a nadar ese mismo verano del 92 y en junio fui a Estados Unidos.

- ¿Cómo es la escala en la categoría Master?

- Se divide cada cinco años y de una categoría a la otra se nota mucho la diferencia física. Sin embargo, lo que me pasó a mí pocas veces sucede: fui pasando de categorías pero mantenía o bajaba mis tiempos. De los 62 a los 75 años apenas subí 2”, cuando en realidad tendría que haber aumentado 4” en cada una.

- ¿Cuál es su especialidad?

- Me gustan las carreras cortas. Mi mejor estilo es pecho, categoría en la que en 50 metros obtuve varios títulos, y conquisté el único record mundial que tuvo Argentina. Ni Nicolao, ni Meolans, dos grandes nadadores, pudieron tener uno.

- ¿Hay en el país apoyo para la natación Master?

- De 1 a 10, la bolilla que le dan a los master sería 1. A mitad de 2010 se corre el Mundial en Suecia y estoy haciendo números para ver si puedo ir.

- ¿Comenzó ya a prepararse?

- Tengo un gimnasio en casa en el que hacemos fierros junto a mi señora, que también es nadadora, y vamos a nadar al Club Don Bosco. Lo hago más que nada para estar bien físicamente, pero es una rueda: si entreno, es porque voy a competir y, si voy a competir, tengo que entrenar.

- ¿Alguna vez se imaginó llegar a este momento, con tantos logros?

- Me sorprendí con los primeros torneos que gané, después se fue dando todo gradualmente, fui bajando mis tiempos y terminé haciendo dos records mundiales, uno a los 70 años en Barbados, que no me lo reconocieron, y otro a los 75 en Munich.

- ¿Hasta cuando piensa seguir nadando?

- Hasta que pueda. No tengo un límite.

Record en humildad

“En Munich, después de correr los 50 metros, miré el tablero para buscar mi nombre de mitad para abajo y no me vi. Al final, había salido primero e hice el record mundial homologado”, así, con mucha humildad, recuerda Ernesto esa marca (41s 22ms) que le valió entrar en la historia de la natación argentina.

Sin embargo, la campaña de Orlando es amplia en lauros. Participó de los Campeonatos Mundiales: Indianápolis ’92 (5º Puesto), Montreal ’94 (4º, 6º y 7º puesto), Sheffield ’96 (Subcampeón en 50 mts Pecho), Munich ’00 (Record Mundial en 50 mts Pecho), Nueva Zelanda ’02 (un 1º puesto, tres 2º, un 3º) y Cartagena ’03 (Cuatro 1º puestos y un 2º). Además, fue séptuple campeón en el Latinoamericano de Oaxtepec ’97 y quíntuple campeón en los de San Juan de Puerto Rico ’93 y Barbados ’95 (logró el record mundial 150 mts Pecho) y en los Sudamericanos de Mar del Plata ’95 y Chile ’05. Cuádruple campeón en Sudamericano Belo Horizonte ’93 y protagonista exclusivo en los Argentinos.