Está claro: el punto servía en la previa y con el desarrollo del partido, da la sensación que se terminaron perdiendo dos. Es la cuenta que se hace por Quilmes, después del peleado partido en el Centenario ante un candidato como Independiente. El elenco de Grelak logró ponerse en ventaja pero después resignó el manejo de las acciones para darle demasiado protagonismo de pelota y terreno a un rival, que lo igualó a diez minutos del cierre. De cualquier manera, el empate es justo.

Lo luchó, lo peleó, tuvo orden y nunca fue superado notoriamente por un rival que en la lógica individual, es superior. Alicientes importantes para un QAC en pleno proceso de rearmado y al que le cuesta demasiado asegurar unidades en el certamen. Pero claro, también queda la sensación flotando en el aire que podría haber asegurado tres puntos que hubieran servido para envalentonar a un conjunto que necesita de los mimos de los buenos resultados.

Una etapa inicial con mucho de estudio con formulas que estaban claras: el Rojo a partir de la tenencia de la pelota pero con poco de cambio de ritmo y con algunos interpretes que no eran los habituales (Milito cuidó algunos titulares para la Copa) y que no anduvieron a la altura de sus reemplazados, mientras que el Cervecero apostaba a la presión, darle pocos espacios a su adversario y contras veloces.

Tras apenas un par de situaciones, las emociones grandes llegarían recién en el tramo complementario. En una ráfaga de minutos con un Quilmes plantado en ofensiva, llegaría un corner que le daría la ventaja: centro abierto y una media vuelta de Cristian García (de lo mejor del equipo) que le dio una ventaja interesante de cara a la media hora final.

Claro que, los dirigidos por Grelak decidieron jugar lo que quedaba plantados en su campo, cediendo terreno y pelota y si bien es cierto que la visita solo inquietó con dos jugadas claras en un par de minutos, se sabe que esa postura es un arma de doble filo. Ya con una formación mucho más parecida a la habitual (entraron Rigoni, Vera y Ortiz), Independiente aprovechó una jugada combinada que Rigoni mandó a la red, ayudado por un rebote que complicó las intenciones de Rigamonti.

Allí, Quilmes se adelantó y el trámite volvió a tornarse equilibrado, pero el gasto ya estaba hecho. Ambos debieron conformarse con un empate que no terminó de dejar un sabor positivo para ninguno de los dos. Tuvieron que conformarse con sumar de a uno. A seguir intentando.