La ilusión del mediopesado paraguayo radicado en Quilmes, Isidro Ranoni Prieto (78,836 kilos, 26-2-3, 22 nocauts, 8° en el ranking OMB) de concretar la victoria más importante de su carrera se apagó velozmente, como la luz de un fósforo. El Cacique Guaraní, con valentía y entrega, se la jugó de entrada a cara o cruz y pudo apenas durar 2 minutos y 44 segundos sobre el cuadrilátero del Lac Leamy Casino de Canadá, ante el potente invicto ruso Artur Beterbiev.

En ese escueto lapso, el portentoso Beterbiev (78,927 kilos, 11-0-0, 11 nocauts) le hizo sentir el vigor de sus puños, lo derribó en dos oportunidades y provocó el nocaut técnico en el primer asalto produciendo el atinado no va más del árbitro Michael Griffin frente a la indefensión de Hero.

Con este contundente y rápido triunfo, Beterbiev, radicado en Montreal, Canadá, retuvo la corona norteamericana de la AMB y habría atrapado el campeonato mundial plata del CMB, dejado vacante por el colombiano Eleider Alvarez, justamente, el otro vencedor de Ranoni Prieto, allá por 2015.

Salió decidido el pupilo de Fernando Peralta a tomar el centro del ring, con la intención de hacerle sentir el poderío de sus puños a un Beterbiev que se plantó de contra, abrió el ring hacia ambos flancos y esperó que su oponente le diera la mínima oportunidad para ajusticiarlo.

Duele pero no debe sacar de foco esta abrupta caída a Ranoni Prieto. Elevó mucho la vara luego que en un año y ocho meses apenas disputó tres capítulos (con sendos nocauts frente a veteranos extranjeros, como Samuel Miller y Mohamad Said, a falta de rivales potables en Argentina) tras haber perdido por puntos en agosto del año pasado frente al colombiano Alvarez, en un choque en el que estuvo a la altura de las circunstancias.

Ni era un fenómeno cuando ganaba fácilmente, ni es un desastre porque cedió contra un pugilista superior. Es el propio Ranoni quien deberá extraer las enseñanzas necesarias y tomar los datos positivos para volver a intentarlo.