El inicio del año lo muestra en una curva ascendente y este sábado aprovechó ese buen momento. Argentino de Quilmes continuó con su levantada en el certamen, a partir de haber conseguido su segunda victoria consecutiva en la reanudación del torneo de Primera C. Y encima, en este caso, lo hizo derrotando a Berazategui, el principal enemigo de las últimas décadas y ante quien se festeja de manera efusiva cada triunfo logrado. La tendencia ganadora se mantiene con el Naranja.

Fricción, pocos espacios, pressing permanente, imágenes que son repetidas en todo clásico. Lo cierto es que en la Barranca hubo mucho de eso, dentro de un panorama que lo mostró al Mate más decidido a tratar de ganarlo y con Bera más atento a anularlo y a aprovechar sus situaciones para atacar. O por lo menos, esa fue la imagen de un primer tiempo en el que las únicas de peligro fueron para el local. En la más clara, el arquero Marín descolgó un cabezazo de Jorge Benítez que se colaba en el ángulo.

El trámite se hizo más de ida y vuelta en el complemento. Porque el Naranja se mostró más agresivo, decidió pelear por la tenencia de la pelota y ese panorama le dio más opciones ofensivas a Argentino. Con mucho más vértigo, un ida y vuelta permanente, el partido se volvió más atractivo, a pesar de los errores a la hora de elegir los caminos para sacar la diferencia.

Haciendo gala de una diferencia enrome por el costado izquierdo, con Brian Duarte como figura destacada (el mejor del partido), fue el local quien aprovechó una contra. Gran corajeada de Alejandro Monzón, que la peleó ante todos, casi sin compañía, corriendo casi desde la mitad de la cancha y sacando un centro rasante dentro del área, que el arquero no pudo contener bien y semejante rebote fue el mejor regalo para un Valenti que, como todo goleador, estaba ubicado donde debía para mandar el balón a la red.

Faltaban veinticinco minutos y los nervios se apoderaron de la visita por un rato. En ese tiempo, el Celeste tuvo algunas más pero le faltó precisión. Es cierto que lo más importante estaba hecho y que los clásicos hay que ganarlos como sea, por eso en el tramo final sufrió ante el ímpetu de un Berazategui que se jugó el todo por el todo. Pero no tuvo tiempo. La historia ya estaba sellada y, como casi siempre, el ganador fue Argentino.