En este mismo escenario vivió uno de los momentos más complicados de su vida deportiva. Pero de aquellas imágenes ahora lejanas en las que terminó yéndose del Autódromo de Río Cuarto en ambulancia a las de este domingo, hay una diferencia gigante. Mauro Giallombardo se dio el gusto de darse una revancha deportiva, imponiéndose en la segunda final de la temporada 2017 del Top Race. La clave en la victoria del bernalense fue la rápida recarga de combustible.

A partir del mismo momento que se inició la final del TRV6, el ritmo que se inyectó fue muy vertiginoso. Matías Rossi siempre se mantuvo adelante con un tiempo de vuelta muy bueno. Esta competencia exigía el ingreso a los boxes para reabastecer combustible y el primero en cumplir esa exigencia fue Diego Azar que en la vuelta 9.

Mientras tanto Rossi se mantenía adelante seguido por Giallombardo y Matías Rodríguez. En el giro número 14 fueron a reabastecer Rodríguez, Agustín Canapino y Krujoski. El reabastecimiento se hizo muy rápido y los tres volvieron a pista algo retrasados. Todavía no se había cumplido la mitad de la carrera cuando la mayoría de los participantes ya habían cumplido con el requisito establecido de recarga de combustible.

En la vuelta 16 cambió la punta de la carrera. El equipo llamó a Rossi a los boxes y el piloto cumplió la orden. Ingresó para la recarga de combustible dejando la punta en manos de Giallombardo. Recién en la vuelta 26 el puntero fue a boxes para reabastecer, el equipo Lincoln Sport Group realizó una excelente tarea y lo devolvieron a la pista sin perder la punta, merced a la gran diferencia que Mauro había realizado mientras el resto cumplía su paso por boxes.

A partir de ahí comenzó otra carrera. Los autos desgastados y pesados debían llegar al final. Ese tramo mostró la cerrada lucha entre Rossi, segundo, y Canapino, tercero, permitiéndole a Giallombardo alejarse en la punta. En la última vuelta, Canapino fue por afuera en la curva buscando superar a Rossi. La maniobra exigió un roce entre ambos prevaleciendo el piloto de Toyota sobre Canapino.

Adelante Giallombardo se mantenía fijo en su objetivo. Aquel que un día se fue en ambulancia de este circuito producto de un incendio, hoy levantó el grito del triunfo. En base de una estrategia trazada por el equipo y cumplida a la perfección no solo por el piloto sino también por el equipo que desarrolló un trabajo perfecto en el reabastecimiento.

El automovilismo siempre da revancha y el piloto de Bernal se la cobró con creces en Río Cuarto.