Solo le faltaba poner la frutilla a este gran año que quedará recordado por siempre para la gente del Don Bosco Rugby. Quince días más tarde de la histórica inauguración de su nueva cancha en Bernal, el equipo terminó concretando el objetivo deportivo que se había puesto por delante cuando inició la temporada: después de una amplia victoria 41 a 18 sobre Italiano, pudo conseguir el ascenso y logró el anhelado regreso a la Primera B de la Unión de Buenos Aires.

Los cambios generados en las estructuras de competencia para el comienzo de esta temporada lo habían postergado al Bosco, llevándolo a una cuarta categoría de importancia en el rugby de la URBA. Por eso, el equipo sabía que en esta campaña la meta debía ser una sola: mostrarse como protagonista y tratar de lograr subir de divisional. Potencial tenía y, pese a algunos altibajos a lo largo de un campeonato muy peleado, lo pudo conseguir.

Después de un inesperado revés en la fecha pasada, sabía que en la jornada final de la temporada regular de la Primera C, iba a tener su gran oportunidad. Porque dependía de sí mismo y enfrente tenía a un adversario de andar muy irregular y que ya no peleaba por nada en esta última presentación.

Desde un primer momento las Aguilas se mostraron contundentes, dos tries casi consecutivos para dejar en claro la expectativa de poder resolver todo rápido. Las conquistas del arranque de la segunda parte empezaron a definir la historia ante un Italiano que fue apenas un partenaire en ese tramo complementario.

Alegría contenida después de una espera que tardó varias semanas más de lo previsto. Don Bosco había demostrado que, junto a Liceo Militar (el campeón de la categoría), eran los dos conjuntos que merecían quedarse con el ascenso. Ahora habrá tiempo para disfrutar de este gran año, pero también ponerse a pensar en una próxima campaña que será aún más complicada que esta y en la que puede llegar a darse una nueva edición del clásico. Pero eso dependerá de lo que haga el CUQ y, además, es otra historia.