Parecía un comienzo por demás complicado, de los peores que le podía tocar en el calendario. Pero Argentino de Quilmes lo hizo todo muy sencillo, al menos, desde el resultado. El conjunto dirigido por Pedro Monzón viajó hasta Rosario y derrotó, con goleada incluida, a Central Córdoba, otro de los elencos llamados a ser animadores del torneo de Primera C. Efectividad cuando el rival era algo más y un segundo tiempo donde desplegó un mejor juego, le dieron el triunfo.

Los cambios dentro del plantel y la ausencia de algunas figuras importantes de la campaña pasada que lo dejó muy cerquita del ascenso, generaron que haya ciertos recaudos a la hora de ver al equipo en cancha en su estreno oficial en la temporada. Un viaje complicado que le sumaba complicaciones pero, casi de forma insospechada, los de la barranca se encargaron de armar una goleada de aquellas que quedan en el recuerdo.

Es cierto que, como todo partido, hay circunstancias claves. En Rosario, el Charrúa chocó contra su propia falta de eficacia en las opciones caras que tuvo durante los primeros veinte minutos y Argentino de acomodó mejor a partir de la media hora, momento puntual en el que Brian Duarte señaló un golazo que abrió el tanteador.

Después de defenderse de forma eficiente durante un rato, el mediocampo comenzó a funcionar mejor y el Mate demostró una mayor capacidad de juego que le dio superioridad en el trámite sobre su rival. Y los goles terminaron de desarmar a un Córdoba que se entregó después de los tantos de Santiago López, a los 16 y 20 minutos de la segunda parte.

Mucho poder de fuego para un Celeste que ya comenzaba a dominar las acciones por completo y que, encima, se dio el gusto que su delantero de área, Gastón Grecco, marcara su primer tanto después de varios rebotes a cinco del cierre y se permitió el ingreso de Marclay en los segundos finales, en los que fue su regreso oficial con esta camiseta.

Un buen punto de partida para tomar confianza y volver a creer. El campeonato será mucho más complicado que lo visto en la tarde rosarina, pero en su camino por sacarse la espina del torneo pasado, el Mate dio un primer gran paso.

Foto: Juanjo Cavalcante