Pobrísimo partido el que se vivió en el Centenario. Estuvieron frente a frente dos conjuntos que sacaron a relucir todas sus limitaciones. Por el lado de Quilmes, apurado y con errores elementales desde el juego, sin capacidad para encontrar el rumbo y con una notoria anemia ofensiva. Mientras que Gimnasia se encontró de casualidad con el resultado por un error ajeno, terminó involucrado en un partido friccionado y, con diez, siempre pensó primero en cuidarse.

Poco para rescatar a lo largo de noventa y pico de minutos. No sorprende pero si ya genera ciertas alarmas. Sobre todo, pensando en el QAC. El más perjudicado de los dos, no solo por el resultado que, al final de todo, quizás haya sido lo más positivo de la tarde, sino porque el equipo que dirige Marcelo Fuentes no encuentra el rumbo, juega cada vez peor y casi que no consigue prevalecer sobre rivales bastantes flojos jugando en su cancha.

Cuando no había pasado nada importante aún dentro de un trámite ordinario, con roces, lesiones, cortes permanentes y un árbitro con poca autoridad, llegó un error del Cervecero que le trajo un dolor de cabeza importante. Y fue su arquero (como en otra oportunidad), Emanuel Bilbao, quien salió fuera del área con la pelota, la soltó y la volvió a meter pero rechazándola después muy corta con los pies y generando que en la continuidad de la jugada, Ortiz terminara cometiendo penal.

Buena ejecución de Cucchi para poner en ventaja al Lobo mendocino en su primer remate al arco. Ante ese panorama, Quilmes acrecentó sus dudas, sumó más nervios y se lo tomó falto de recursos para responder a la desventaja. Más aún cuando el rival quedó con diez por la expulsión del ingresado Brundo. Recién post entretiempo y a partir de modificaciones que hizo el entrenador, el equipo mostró ciertas respuestas. Claro, más anímicas y de carácter que futbolísticas, que solo tuvo algún chispazo positivo por meras acciones individuales.

Con los ingresos de Blanco, Bruera y Verón Lupi, el QAC refrescó su ofensiva. Y de tanto ir ante un adversario extremadamente cuidadoso desde el plan de José María Bianco, tuvo una mínima recompensa a partir de un centro pasado, que rescató Verón Lupi recuperándola al asistir de cabeza a Imbert que, solo y también con la testa, igualó el tanteador.

Había tiempo para intentar ir por más pero las limitaciones fueron superiores a los aciertos y salvo por pelotas paradas con rebotes tipo flipper dentro del área y algún que otro remate al arco, el Cervecero no tuvo chances de una remontada a puro coraje. Es más, lo podría haber perdido en la última, si en una corrida Bauzá no le hubiera acertado al palo al quedar casi mano a mano con el arquero.

Poco, demasiado poquito para rescatar del primer empate de Quilmes en la temporada. A medida que pasan las jornadas, van quedando más expuestas las flaquezas de un grupo que tiene poco y al que le vas a costar demasiado poder hacer buenos partidos y, a partir de eso, sumar puntos en este certamen.

Foto: QAC oficial