Mientras cumplía con uno de los tantos entrenamientos en la sala de la Federación de Esgrima que el seleccionado utiliza todos los sábados desde que se permitió el regreso de los deportes con proyección olímpica, Lucas Saucedo charló con DQ. El entrenador de la Selección Argentina y profesor en la UNQ, habló de su legado familiar, su relación con la ciudad y la actualidad con el equipo nacional, a la espera de la competencia y en plena lucha por la clasificación a los JJOO.

“Soy tercera generación de Maestros de esgrima, un caso único en Argentina. De chico lo acompañaba a mi viejo a los entrenamientos y lo ayudaba a sentar en guardia a los que recién empezaban, ahí me fui formando. Ahí comenzó esta pasión que hoy continúa, fue natural y lógico ser Maestro de esgrima”, relata Saucedo en la entrevista con DQ Radio (FMQ 93.5).

- Era imposible no imaginar que tu vida iba a estar ligada a la disciplina…

- Totalmente, era muy difícil escapar a esa situación. Desde niño siempre supe lo que quería y que mi objetivo iba a ser entrenar. Me gusta, disfruto lo que hago y es una manera de seguir los pasos de mi abuelo, Raúl, y mi viejo, Guillermo, que fueron atletas olímpicos y Maestros de la disciplina.

- Y es un rol en el que te desempeñás desde ya hace mucho tiempo: sos entrenador en la UNQ desde hace más de veinte años.

- Exacto. Soy Maestro de la sala de esgrima de la Universidad Nacional de Quilmes desde 1999. El que le dio un impulso deportivo muy grande a la UNQ fue el ex rector Julio Villar, que fue esgrimista. El quería hacer una universidad atípica, que incluyera los deportes más convencionales. Cuando yo arranque, había karate, arquería, palestra, handball… Ahí incluimos esgrima, algo muy poco común. En ese momento lo hacía por amor al arte, no por lo económico. Es un orgullo pertenecer a la Universidad, que proveyó de muchas cosas a la esgrima nacional.

- ¿En qué momento te llegó la posibilidad de sumarte a la selección?

- Desde 2007 estoy a cargo de las selecciones argentinas de sable masculino y femenino, también con mucho éxito, con Belén Pérez Maurice como cabeza más visible y con el equipo de masculino que consiguió cuatro medallas en los últimos años en los Juegos Panamericanos.

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- ¿Cuál es la realidad de nuestros seleccionados?

- La esgrima argentina está pasando años extraordinarios. Gracias a la creación del ENARD cambió muchísimo el panorama. Con muy poquito que se lleva trabajando de esta manera, ya comenzó a verse que hay materia prima para conseguir cosas importantes. Lo que vivimos en los últimos Campeonatos Panamericanos, hace mucho que no se vivía. Superamos a países como México, Venezuela o Colombia que tienen el cuádruple de nuestro presupuesto.

- ¿Se trazan metas de cara a lo que viene en medio de un calendario que no está definido?

- Nosotros planificamos como si fuera una temporada regular. La perspectiva es muy buena, esperamos que puedan clasificar entre uno y tres esgrimistas a los Juegos Olímpicos. Pero todo va a depender de la pandemia. Tenemos planeada una gira por Europa, con una competencia importante en marzo, con la última prueba para intentar clasificar por ranking mundial a Tokio. Además hay torneos previos que te preparan para ese certamen.

- Después de tantos meses de cuarentena, ¿están en una etapa de mucho entrenamiento?

- Estamos aprovechando este tiempo para trabajar la técnica, porque en la esgrima necesitás tener precisión en velocidad y cuando tenés competencia todos los fines de semana, es más difícil poder darle más lugar a los aspectos técnicos. Por otro lado, la ventaja de este deporte es que al utilizar careta y entrenar a distancias largas, no se nos complica tanto con los cuidados.

- Comenzaron a entrenar en el CeNARD, un hecho novedoso para la esgrima.

- La esgrima no tiene un lugar definido en el CeNARD, por eso esta es una buena chance para aprovechar. Tenemos todas las comodidades necesarias, nos han recibido muy bien, facilitándonos todo lo que pedimos. Es la casa del deporte argentino, ojalá podamos mantener una sala en este lugar.