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A los nueve años Fernando Gwozdz llegó al Club Náutico con la idea de tomar clases de tenis pero, por los misterios del destino, al ver un afiche de la escuela de Optimist su decisión cambió en un segundo. Fue amor a primera vista. Sin embargo, un tiempo después los vientos lo llevaron lejos del CNQ en busca de mayor competencia. Y mal no le fue: sub campeón mundial en Optimist, campeón en el Mundial Argentina 2001 de Cadet y ahora, a los 27, ganador del World Championship 2011 Clase J24, disputado en Buenos Aires.

Este nuevo título constituye un verdadero hito histórico para el yachting nacional y Fernando, desde la ciudad australiana de Perth -donde se encuentra entrenando a una tripulación argentina y otra chilena para el Mundial de la categoría 470- se tomó un tiempo para analizarlo junto DQ.

- ¿Sintieron una presión extra al correr el campeonato en Buenos Aires?

- La verdad que en lo personal no. Es un poco difícil decir cómo sintió la presión el resto del equipo, pero el ser local para mí siempre ha sido algo que juega a favor. Los dos títulos mundiales que tengo los gané en argentina y eso me da mucha confianza a la hora de encarar un campeonato acá.

- ¿Y el saber que antes de la regata final el último campeón, Tim Healy, había recibido una quita de puntos?

- La descalificación de Healy hizo que llegáramos al último día primeros en la tabla de clasificación. Obviamente, encontrarte con que venís ganando el campeonato faltando un día para terminarlo siempre suma algo de presión, pero en octubre, en el campeonato Nacional, habíamos pasado por una situación muy similar y por correr bastante nerviosos se nos escapó el título. Aprendimos todos de ese error y esta vez salimos a correr mucho más tranquilos y por suerte se nos dio.

- ¿Cuál fue la estrategia de regata?

- Arrancamos el día pensando que podíamos correr dos regatas, pero como no hubo viento, nos dimos cuenta que sólo podría correrse una sola. Ahí nuestra estrategia cambio mucho. Sabíamos que en el peor de los casos podían pasarnos tres rivales: dos argentinos y un peruano, que era nuestro seguidor más cercano a dos puntos. Los argentinos estaban a 11 y 14, por lo que teníamos que hacer las cosas muy mal para que nos ganaran. Intentamos tener una buena largada y una buena primer manga y luego, sabiendo dónde estábamos y dónde estaba el peruano, ver que estrategia aplicábamos. Llegando a la primer boya estábamos unos cinco puestos delante de él y pudimos mantener esa ventaja. Llegamos cuartos en la última prueba, por lo que al final extendimos aún más la brecha de puntos.

- Ya habías sido campeón mundial en Cadet, ¿fue una sensación similar al repetirlo ahora en J24?

- Las sensaciones no son las mismas, más allá de que en ambas la alegría fue inmensa. Esta vez formé parte de un grupo de cinco personas adultas, mientras que en Cadet tenía 17 años y mi tripulante 11. Obviamente el diálogo, el análisis de cada regata y el manejo de la presión es muy distinto.

- ¿Cómo describirías esta nueva conquista, teniendo en cuenta que es la primera vez en que una tripulación argentina logra el título?

- Muchas tripulaciones argentinas con grandes navegantes habían estado cerca de conseguir este título y nunca lo lograron. Es algo histórico.