Por Gastón Nicolás Vera

El 8 de septiembre de 2013 no será un día más en la vida de Juan Ignacio Diano. Es que ese domingo, tendrá la enorme posibilidad de competir en los Estados Unidos. Por primera vez participará en el campeonato Mundial de Iroman 70.3 Millas, a desarrollarse en Las Vegas. Ante esta situación, el quilmeño no quiere que nada quede librado al azar. “A pesar de que esto es como un hobbie para mí, me lo tomó con mucha responsabilidad y dedicación”, explicó el atleta amateur de 31 años, antes de viajar a la tierra del juego y las apuestas.

Diano -triatleta desde 2004- se ganó un lugar en esta relevante competencia en agosto del año pasado, en el Medio Iroman (o Iroman 70.3 millas) de Pena, en Brasil. Allí cerró una interesante participación con un tiempo de 4,44 horas. Ahora, en los días previos a su partida, cuenta sus sensaciones en este mano a mano con DQ.

- ¿Qué expectativas te genera participar de un desafío como este?

- No sé lo que pueda llegar a pasar, porque es la primera vez que voy a una carrera de nivel mundial. Si bien nunca tuve una experiencia así, espero tener una buena participación. Lo importante es que te da la posibilidad de conocer un circuito de este tipo y competir a la par de los mejores. Y para eso -a pesar de dedicarle varias horas a mí gimnasio, ya que soy profesor de educación física- consagro mucho tiempo a mi preparación.

- Justamente ¿cómo es la preparación física para una prueba de esta magnitud?

- Comencé hace cuatro meses para llegar de la mejor manera a la carrera. Entreno de lunes a sábado por la mañana. Incluso, de vez en cuando, también los domingos. Junto con mi entrenador, Hugo Pellegrino, trabajamos individualmente sobre cada una de las disciplinas. Dentro de las tres (natación, ciclismo y carrera a pie) hay diferentes entrenamientos que fuimos realizando. Algunos son muy específicos de cada prueba, pero todos se van intercalando en intensidad y duración. En general, la preparación es más dura al principio. Igual las cargas van creciendo progresivamente, hasta los cuatro o cinco días previos a la carrera. Recién ahí es cuando se hace algo mucho más liviano como para mantener la cabeza tranquila.

- Una característica del triatlón es la gran cantidad de recorrido que debés transitar, sin tiempo de descanso entre una prueba y otra. Por ello se lo considera uno de los deportes individuales más exigentes ¿Cómo trabajás ese aspecto desde lo psicológico?

- Eso también se entrena. A lo largo de las semanas fuimos haciendo las transiciones necesarias, que son el traspaso de un deporte hacía el otro. Se trata de lograr el acostumbramiento del cuerpo, por ejemplo, al bajarse de la bicicleta y salir a correr. O lo mismo, también, ocurre al salir del agua y tener que subirse a la bicicleta. Desde ese trabajo es donde empiezo a tomar confianza.

- Dentro de las tres disciplinas ¿en cuál considerás que tenés el mejor rendimiento?

- Creo que en natación, porque es el deporte que vengo practicando desde más chico. Sin embargo, lo que más me gusta es correr, aunque, a la vez, es lo que más me cuesta. Además, es justo con la disciplina que termina la carrera. Hasta 2002 nunca había corrido, recién empecé cuando hice el curso de guardavida en el Club Quilmes.

- ¿Con qué objetivo vas a Las Vegas?

- Sería muy bueno si puedo llegar a terminar entre el pelotón del medio. De todos modos, siempre pienso en hacer lo mejor posible. Una de las dificultades que se me puede presentar es que estuve entrenando con clima de invierno y allá es verano. Además, como es un desierto, el calor es muy fuerte y seco. Sin duda que eso puede influir bastante en el rendimiento. Si bien en este aspecto ya tengo un parámetro de tiempo preestablecido para cada disciplina, todo depende de lo que acontezca el día de la carrera. Por más que esté muy bien entrenado pueden incidir otros factores como las dificultades del terreno, por ejemplo. Si todo me sale bien, intentaré llegar a la meta entre las 4,30 y 4,40 horas.