Sabía que eran cuatro finales las que tenía por delante y que no contaba con mucho margen para seguir dejando puntos en el camino. Y en la primera de ellas, quizás la más sencilla de todas, tropezó ante el último de la tabla de posiciones y comenzó a despedirse de toda pelea. Argentino de Quilmes no pudo con Central Córdoba en la Barranca. Fue empate, pero estuvo más cerca de perderlo, teniendo en cuenta su postura dentro del terreno de juego durante la segunda parte, donde arriesgó por demás en búsqueda del triunfo salvador que no llegó. El Reducido le quedó muy lejos.

Queda claro que desde lo futbolístico este Mate está en caída libre. Solo un triunfo ante San Telmo, el gran candidato a quedarse con el único ascenso directo que otorga la zona B de la Primera C, queda para rescatar de una segunda rueda en la que el equipo bajó notoriamente su intensidad de juego, cayó en errores constantes, mostró rendimientos individuales mucho más deslucidos y lo dejó muy expuesto de cara a las últimas tres jornadas de la etapa regular del certamen.

Y eso que, en la tarde del jueves tenía una posibilidad inmejorable, ya que se medía con uno de los peores elencos de su grupo. Es cierto, en plena reconstrucción y cambio pensando en la temporada que viene, pero no dejaba de ser uno de los adversarios más vulnerables. Encima lo enfrentaba en casa. Pero así y todo, a los dirigidos por Oscar Santángelo les costó muchísimo poder generar juego y solo las corridas de Marclay y algunos minutos del grandote Spínola, le permitieron hacer una diferencia que no pudo evidenciarse en el marcador.

La pobre actuación del árbitro Juan Pablo Battaglia tuvo alguna incidencia importante del partido, principalmente, al no sancionar una clara infracción sobre el Marclay cuando se disputaba el tramo inicial del juego. Pero los de la Barranca también se vieron perjudicados por los habituales errores propios, que salen a relucir en los momentos menos indicados. Esta vez, fue Leguizamón quien no pudo controlar una pelota en el borde del área grande, se le terminó escurriendo entre los dedos, dejándosela mansita a Rádice, delantero rival que venía de frente y se topó con el arco libre.

A partir de ese momento, se vieron los mejores quince minutos del Celeste. A pura ganas y espíritu, se lo llevó por delante a su rival. Primero lo empató, después de una buena combinación entre los delanteros, que el Pájaro definió de cabeza contra un palo. Pero tuvo otras chances que dejó pasar, hasta que se fue apagando. Inclusive con la enorme variedad de delanteros (Centurión, Saayavedra, Toloza) que el DT puso en cancha. Es más, la visita lo podría haber ganado en una de las tantas contras claras que tuvo a su favor. Pero por inoperancia propia y alguna tapada del arquero, se quedó con las ganas.

Entonces todo finalizó en empate y el fastidio se hizo general en la Barranca. El último tren parece haber pasado esta tarde y solo un milagro le dará vida en lo que queda. Deberá ganar los tres partidos y esperar… parece demasiado para la realidad actual de Argentino.

Foto: Ascenso País