Cada partido que pasa, Quilmes se empecina en demostrar que viene haciendo todo mal. Frente a Unión y pese a haberse puesto en ventaja en el arranque mismo del juego, el equipo volvió a demostrar el desconcierto habitual, su falta de brújula y la incapacidad para poder encontrarle la vuelta a su falta de identidad futbolística. Encima comete errores, un rival digno como el santafesino lo aprovecha y acumuló la cuarta derrota como local en el campeonato. Falcioni, pero tras charla con los dirigentes, seguirá en el cargo.

No da pie con bola. No hay caso, pasan las fechas y el Cervecero sigue mostrando las mismas carencias de siempre. Pero claro, cada vez es más preocupante, porque pasan las semanas y la mejora no llega, los números son cada vez más pobres y las señales de alerta se encienden, si es que no quiere quedarse de brazos cruzados esperando por una mala campaña de varios de los ascendidos.

Siempre le va mal, inclusive en este caso cuando comenzó ganando casi antes de salir a la cancha. En la primera jugada, el árbitro Penel vio falta en el área ante una veloz corrida de Canelo y Tito Ramírez lo transformó en gol. Pero poco le duró la alegría: unos minutos más tarde, Bontempo se equivocó en una salida, perdió la pelota cerca del arco y un goleador que mete miedo como Triverio, no perdonó al definir fuerte contra un palo.

A partir de ahí el partido se hizo más deslucido, parecía que a la fuerza Quilmes lo iba a acorralar a su rival a puro centro, pero se dio todo lo contrario. Por la misma vía, Unión metió el balón en el área, Uglessich saltó de forma muy ampulosa, impactando con sus brazos en la cara del goleador rival. Penal y roja. Triverio lo cambió por la ventaja para su equipo y un nuevo partido comenzó…

Y ese partido, el del protagonismo, el de las obligaciones, el de ir al ataque, el QAC no lo conoce. Por eso, en medio del ida y vuelta que se generó, los de Santa Fe siempre fueron más profundos y tras una buena combinación por la izquierda, todo terminó en centro de Malcorra para el hat-trick del hombre del partido.

Faltaba media hora todavía, pero a esa altura y con tanto por jugar, a Quilmes se le bajó la cortina por completo. Que lo siguió buscando, ya con nueve por la expulsión de Ramírez, pero más por amor propio que con un fiel convencimiento de lo que estaba realizando. Droopy Gómez (de lo poco positivo en el local) lo hizo revolcar a Nereo Fernández en varias pelotas quietas, pero Unión lo tuvo también de contra. Ya era hora de los silbidos generalizados y la necesidad de la gente que empiecen a rodar cabezas.

Al final de la noche, todo sigue igual. Falcioni seguirá siendo el DT del equipo. ¿Hasta el cierre del campeonato? Difícil de creer eso en este momento. Será un día a día muy duro, con la ilusión puesta que este equipo renazca imaginariamente de sus cenizas.