Haber empatado sobre la hora, seguramente debería ser motivo de satisfacción para cualquier equipo. Pero no siempre se da esta tendencia. Porque si bien Argentino de Quilmes pudo sacar las papas del fuego en los últimos minutos, es cierto también que jugó muy mal, nunca pudo mostrar su habitual repertorio y no logró vencer en su cancha a Defensores de Cambaceres, el colista de la tabla de posiciones. Pese al tercer empate consecutivo, se mantiene como único líder.

Una lástima para el Mate que tenía la expectativa de sumar una victoria importante en el compromiso que, en la previa, era el más accesible de los que le quedan por delante en el cierre de la rueda inicial del campeonato. Pero arrancó la mañana húmeda y lluviosa a una marcha mínima, dormida, poco comprometido con el juego y lo terminó pagando caro. Porque Camba se aprovechó de un error de Benítez y, tras un centro desde la izquierda, Padin convirtió un golazo de cabeza.

Y tuvo que esperar hasta la segunda parte para mostrar otra cosa el elenco local. Con más determinación y a otro ritmo, el Celeste tuvo mucho más compromiso con el espectáculo. Siguió fallando en la gestación, pero le sobró voluntad y, ante un rival agotado y decidido solo a cuidar la ventaja, contó con varias para poder convertir.

En la mayoría de ellas, el protagonista fue el mismo: Sergio Valenti. En un mano a mano, definió de emboquillada por sobre el travesaño, luego Mareco le tapó un fulminante cabezazo y en la tercera, después de un centro llovido y pasado de Arias, también con la testa, se dio el gusto de colocar el balón contra el palo más alejado del arquero.

Por intenciones, el empate fue justo, aunque el local se podría haber quedado con algo más por el mayor desgaste en los noventa minutos. De cualquier manera, el Mate no jugó bien y eso fue aprovechado por varios de sus rivales (Central Córdoba y Dock Sud que empataron entre sí, Berazategui que empató de visitante y principalmente Talleres, que volvió a ganar por goleada). Un punto para consevar la punta, pero que dejó sensaciones ambiguas en la mañana lluviosa de la Barranca.