Como primera prueba, se sacó un aprobado bien grande. En su estreno como entrenador de Quilmes, Facundo Sava tenía una parada por demás complicada, ya que enfrente estaba Racing, el último campeón y uno de los candidatos en la pelea por el título. Pero el nuevo conductor consiguió darle cierta impronta a sus dirigidos y, principalmente, contagiarlos de optimismo. Con eso le bastó al equipo para hacer un buen papel y dar vuelta una historia que nuevamente había arrancado torcida. Actuación que abre expectativas futuras.

El partido, sin terminar de mostrar la mejor versión de ambos, tuvo todos los condimentos. Con lo mejor de su repertorio, tanto el QAC como Racing fueron en búsqueda de la victoria desde un primer momento. La etapa inicial se dividió entra las ganas y el fervor de un conjunto local que era puro dinamismo y entrega, frente a un visitante que aprovechó ciertas deficiencias en la última línea cervecera para saber cuándo meter el estiletazo justo.

De arranque la tuvo Camacho, pero quiso picarla frente al arquero y no funcionó. De cualquier manera, el mejor jugador de la Academia tuvo revancha enseguida y tras de una pifia de Alegre dentro del área, terminó definiendo con el arco a su merced, después que Benitez lo atorara a Milito.

Los dirigidos por Cocca se quedaron en un mejor manejo de pelota, pero les faltó profundidad. Mientras tanto, a puro centro los de Sava intentaron a puro balón detenido. Y en uno de ellos, tuvo su redito: Droopy Gómez hizo gala (una vez más) de su buena pegada y, clavó el balón en el ángulo, para marcar su tercer tanto de tiro libre en lo que va del campeonato. Todo abierto para un segundo tiempo que sería dramático.

Manteniendo la línea y con un compromiso a rajatabla, corriendo y pelando la cola como nunca en el año, Quilmes le complicó el encuentro a un rival que se fue desinflando con el correr de los minutos. Encima, Gómez se terminaría de confirmar como la figura del duelo, a partir de saber aprovechar el contacto con Saja dentro del área, dejarse caer para que Beligoy sancionara penal. Bieler lo transformaría en gol y con la ventaja a favor, se fue soltando al punto de encontrar varias situaciones más para poder convertir.

En los últimos minutos, Racing selo llevó por delante y se produciría otra situación dudosa: la pelota pegó en la mano del propio Bieler, que estaba despegada del cuerpo. Pero el árbitro la tomó como casual y eso desató el enejo generalizado de todos los futbolistas académicos.

Más allá de eso, nada opacó la alegría y el delirio del equipo, del nuevo cuerpo técnico y de una hinchada golpeada. Plasmando algo de su libreto y con algunas ideas renovadas, Quilmes se anotó un triunfo destacadísimo para empezar un nuevo ciclo. Como arranque, fue bastante alentador.