La jornada terminó antes de lo previsto y no bajo las condiciones normales. Quince minutos de furia en el segundo tiempo, obligaron a la suspensión anticipada del clásico entre Argentino de Quilmes y Berazategui. Primero una complicada lesión de Sergio Marclay, obligó a que una de las figuras mates debiera ser trasladado desde Gerli hasta nuestra ciudad. Y un par de minutos más tarde, un choque de cabezas entre dos defensores del Naranja y falta de ambulancias llevaron al árbitro Sabini a finalizar el encuentro, tras media hora de espera en vano.

Más allá de las puertas cerradas, el partido tenía condimentos que hacían presagiar en un duelo de los más interesantes en la fecha de la Primera C. Por la rivalidad, por cómo se acomodaban cualquiera de los dos a partir de una victoria… pero de la hora de fútbol que hubo en la cancha de El Porvenir, el balance muestra muy poco para destacar.

Pese a la intención de protagonismo del conjunto que hacía las veces de local en el arranque, rápidamente el Mate emparejó la historia y terminó generando un encuentro por demás parejo durante los 45 minutos iniciales. Apenas una situación clara para uno en el anotador: desborde de Marclay que Tello no pudo definir con el arco solo en el segundo palo y una buena habilitación para Gustavo Pastor, que entró solo al área, definió de chilena y el balón se fue cerca del palo.

De la segunda parte, lo único destacado no tuvo que ver con el juego. Enseguida, el Celeste perdió a su carta de triunfo más importante. Un choque con un rival, lo dejó sin aire a Marclay, que rápidamente debió ser atendido y trasladado en ambulancia. El primer pronóstico para el Pájaro habla de una fisura en una de sus costillas. Al no haber lugar en un nosocomio cercano, finalmente fue trasladado hasta Quilmes.

Enseguida, un movimiento ampuloso de brazos de Aníbal Leguizamón impactó cerca del rostro de Pastor, por lo que el juez decidió sacarle la roja directa. En la jugada siguiente, Escobar estuvo a punto también de dejar la cancha por una falta de atrás sobre Pombo, que no podría recuperarse en los minutos que se siguió jugando. Y encima, una contra rápida de la visita, llevó a que los defensores Bogao y Daniel Acuña impactaran sus rostros de forma violenta, llevándose este último la peor parte. Un corte con inflamación incluida, lo obligó a ser atendido por otra ambulancia.

Teniendo en cuenta que se necesitaba una tercera en el estadio y que los pronósticos sobre su llegada no eran alentadores, Sabini decidió suspender el juego después de haber esperado por un poco más de media hora. Ahora quedará todo en manos de la AFA, que deberá ponerle fecha a los treinta minutos que restan disputarse. Un cierre que no fue el deseado, para uno de los partidos más esperados por ambos equipos.

Foto: Fernando Martini