Sin lugar a dudas que el partido se avizoraba como muy complicado. Que enfrente había un rival de fuste, que pelea por entrar en los primeros lugares. Pero más allá de los cálculos previos, el partido tuvo un desarrollo y un desenlace bastante particular, ya que después de un primer tiempo sumamente parejo, Estudiantes fue contundente en el arranque del complemento y terminó superando a un Quilmes que quedó desorientado, despojándolo del invicto que traía Sava hasta este momento.

No quedan dudas, el Estadio Ciudad de La Plata sigue siendo una cancha prohibida y con una maldición para Quilmes. Cada vez que jugó en ese campo, nunca le fue bien y no pudo sumar ni un solo punto. Por el presente del equipo, esta ocasión parecía propicia para culminar con esa racha nefasta. Pero no. La que finalizó fue la extensa seguidilla de buenos resultados que el QAC venía juntando desde la llegada de su nuevo DT.

El encuentro habrá que dividirlo en dos. Por un lado, una primera parte pareja, con mayor posesión de pelota del Pincha, pero con un rival que le jugó de igual a igual y tuvo varios momentos de lucidez. Quizás, la más clara fue de Lucas Rodriguez, que tras una buena habilitación de Sánchez Miño, terminó haciendo rebotar la pelota contra la base del palo izquierdo. Pero Quilmes, haciendo un trabajo prolijo, pese a rendimientos individuales más bajos de lo habitual, no aflojó en ningún momento y aprovechó un error en el fondo rival, para mandar la pelota a la red con una definición de Chirola Romero.

De movida para el tramo definitorio, Gabriel Milito mandó a la cancha al encarador Lucas Acosta. Su posición y habilidad molestó por completo al Cervecero, que no pudo hacer pie desde el arranque y, cuando quiso darse cuenta, ya tenía varios goles en su haber. Porque Alvaro Pereira apareció solo para tirar un centro rasante, que desvió Auzqui. Y unos segundos después, fue Rodriguez (de lo mejor del partido), quien definió después de un penal que le habían cometido a Cerrutti. Iban solo cinco minutos.

Tal cimbronazo fue recibido como una daga mortal por parte del QAC. Nunca se recuperó, los cambios no hicieron efecto y se fue entregando al buen movimiento de pelota de su adversario, que encima fue contundente: cada vez que llegó, mandó el balón a la red. La historia se definiría pasado el primer cuarto de hora, gracias a la buena definición de Auzqui y tras un mejor pase de Acosta. Ya sobre el final y con todo sentenciado, Rodríguez aprovechó un mal cálculo de pelota de Benítez, para definir con el arco desguarnecido.

Fue goleada. Inesperada por la paridad de rendimientos que venían mostrando ambos, pero elocuente por lo que fue el segundo tiempo de Estudiantes. Que cambió a tiempo y tuvo su premio, mientras que el Cervecero entendió rápidamente que esta no era su noche y que, lamentablemente, toda racha positiva en algún momento llega a su fin. Pese a eso, no hay reproches. Quedan dos partidos de la etapa regular que servirán para seguir sumando y para hacer un balance final. Aunque la Era Sava ya tenga ganado el aprobado, desde hace un largo rato.