Difícil de clasificar este empate conseguido por Argentino de Quilmes. Por un lado, siempre es importante venirse con algún punto en el bolsillo de una excursión rosarina, pero por el otro, después de la derrota como local, el Mate necesitaba recuperar esos puntos con un triunfo. Y para colmo de males, le ganaba y lo tenía controlado a Central Córdoba, pero un remate y un desvío lo obligaron a tener que conformarse con una unidad. Otra vez anotó Valenti y debutó Marclay.

A pesar del respeto habitual por jugar lejos de casa y ante un equipo con chapa e importancia, con el correr de los minutos Argentino se fue dando cuenta que este Central Córdoba es ganable hoy por hoy. Por eso, después de quince minutos de estudio en el que ambos apostaron un poco más, prefirió ir acomodándose en el campo, aprovechando la oportunidad para el nueve que sabía iba a llegar.

Y esta se dio en el arranque del segundo tiempo. Sergio Valenti se anticipó a todos y de cabeza anotó un nuevo tanto en esta temporada (el sexto). A partir de ahí, los dirigidos por Gabriel Manzini comenzaron a dominar plenamente las acciones, teniendo oportunidades para definir. Con la pelota en su poder y el control del juego, daba la sensación que el resultado no estaba en peligro, pero…

Una contra tras un error en ataque de la visita, generó una salida veloz, con un remate que se desvió involuntariamente en Federico Ferrari, descolocó a Adrián Leguizamón y le dio el empate a los rosarinos. Faltaban solo siete minutos para que termine el partido. El DT apostó por el ingreso de Marclay para una última oportunidad que no apareció, es más, el equipo sintió el impacto y debió responder defensivamente a los débiles intentos del adversario.

Fue un punto y no es malo, aunque tenga sabor a poco y cuente más en lo anímico que en la tabla de posiciones, donde el Mate ahora deberá esperar que no ganen ni Laferrere ni Berazategui.

Foto: Javier Cavalcante