Era la última oportunidad para ambos. Los dos equipos sabían que Laferrere les puso la vara muy alta al resto y que solo un triunfo podía llegar a mantenerlos en carrera por el título. Y en este duelo de aspirantes, la visita se mostró siempre más armónica y se quedó con una gran victoria en la Barranca. Justo José de Urquiza mantiene su andar ganador y se aprovechó de un alicaído Argentino de Quilmes, que solo pudo emparejar el trámite por momentos con su actitud. Pésimo arbitraje de Iglesias.

Teniendo en cuenta la presión que tenían ambos sobre sus espaldas, no llamó la atención que los dos conjuntos fueran al frente desde el minuto cero. Cada uno con sus armas: Urquiza con un juego más asociado, con Mamberti y Bogado como banderas en la conducción y un Argentino que buscaba más a través del pelotazo y la fortaleza que imprime dentro del área su goleador, Sergio Valenti.

De cualquier manera, por errores propios y un campo muy blando que dificultaba el control del balón, el primer tiempo hubiera pasado sin pena ni gloria, si en el minuto 39, el propio Valenti pifiara un balón al querer rechazarlo tras un corner, provocando el desborde de Mamberti que encontró a un delantero potente como Angel Ríos sin marca a unos metros del arco, para marcar de cabeza.

Y en los últimos minutos, apareció en primer plano el árbitro del juego. Un golpe (da la sensación que fue involuntario) del propio Ríos dejó nocaut a Oscar Espínola, que con traumatismo de cráneo debió dejar el estadio y ser trasladado hasta el Hospital Isidoro Iriarte para algunos chequeos. Los jugadores mates se desesperaron ante la falta de compromiso del juez en la jugada y comenzó un show de tarjetas amarillas que crispó los nervios de la mayoría.

Encima Iglesias siguió con sus equivocaciones en el inicio de la segunda parte. Entiendo que quizás había pifiado en la decisión anterior, sancionó un penal inexistente a favor de Argentino, que el propio Valenti transformó en empate. En esos minutos se vio lo mejor del local, que con mucha actitud y ganas acorraló a un adversario al que le costó salir de una situación para la que no estaba preparado, ya que el contexto no propiciaba el empate mate.

Pero con el correr de los minutos y los cambios bien gestados desde el banco, fue Jota Jota quien volvió a dominar la escena. Y en el momento en que comenzaban a jugarse los instantes calientes del encuentro (29’ del segundo tiempo), Mamberti ejecutó de manera perfecta un centro que cabeceó el ingresado Ceresetto para que el balón cayera de emboquillada por el segundo palo.

Los nervios le jugaron en contra a los dirigidos por Manzini, que terminaron de sacarse ante una nueva infracción dura del rival. Salazar arremetió contra Sebastián Arias, que debió abandonar la cancha (se habla de una posible fractura) y el juez apenas volvió a amonestar.

Más allá de eso, la visita fue el merecido triunfador de un partido entre dos elencos que se jugaban su última carta. Para el Mate da la sensación que el tren pasó y que ahora deberá transitar en las cinco fechas restantes, con la premisa de culminar de mejor manera su campaña. En la próxima fecha tendrá el clásico con Berazategui, motivación para seguir no le falta.

Foto: Silvana Livigna