Era un partido importante. Se trataba de confirmar una continuidad en la seguidilla de resultados positivos. Pero no pudo ser… todo se desbarrancó en el minuto 48 del segundo tiempo, cuando el equipo marcó mal y dejó muy manifiesta la posibilidad que San Martín se quede con la victoria. Quilmes jugó mal y se aferró demasiado al punto en San Juan y eso le costó demasiado caro. Un resultado que genera un cimbronazo y que vuelve a encender las alarmas.

Da bronca. Teniendo en cuenta el momento, dentro de un partido que ya parecía sellado para la igualdad, no se trata de una derrota más. Entre tantas que el QAC ha sufrido en el último tiempo, esta es de las más dolorosas. Porque se dio cuando ya tenía un punto en el bolso. Ese que fue desesperadamente a buscar y que, más allá del papel que se atrevió a mostrar, ya se lo traía para Buenos Aires y quedaba a la espera de los resultados del fin de semana.

Da para preocuparse. Porque la actuación del equipo volvió a ser muy floja. Decidió abroquelarse ante un adversario más convencido de una idea o con ciertos patrones en su juego, pero extremadamente limitado. Lento, sin sorpresa, con falta de recursos en la definición, todas imágenes que proyecto un San Martín que, más allá de esto fue más que un visitante austero, con miedos y demasiado previsor, que solo mostró signos vitales con el ingreso de Da Campo.

Da miedo. Ver la tabla de promedios a esta altura del fin de semana causa escozor. Un par de resultados en contra podrían poner a Quilmes por primera vez entre los cuatro peores elencos de la temporada. La sumatoria actual es pésima, se vienen partidos complicados por delante y, lamentablemente, parece difícil creer que el equipo sume muchos puntos de los que les resta por jugar.

El gol de Molina ingresando a la espalda de todos, en un momento caliente y de definición del juego, quizás hasta el momento haya sido el golpe más duro que debió transitar el QAC en esta temporada. De las fuerzas que le queden para seguir poniéndose de pie ante tanta adversidad, dependerán sus posibilidades de ahuyentar un destino de B Nacional que se está animando a empezar a tocarle la puerta.