De mal en peor. O al menos, sin un mínimo detalle positivo que permita ilusionarse de cara al tramo definitorio de la temporada. Quilmes tenía la posibilidad de olvidarse por un momento de todas las penurias que está transitando en el campeonato, tratando de hacer un buen partido por la Copa Argentina… pero lejos estuvo de poder concretarlo. El equipo volvió a jugar mal y fue eliminado en la tanda de penales por Gimnasia de Mendoza, equipo del Federal A.

El Cervecero y el futbol sin arcos. Así debería retratarse su paso por esta edición de la copa. Afirmando la escasez de juego colectivo y el poco poder de fuego que tiene de mitad de cancha en adelante, que habitualmente muestra en el torneo, el QAC volvió a dejar una pálida imagen ante un rival que pelea por el ascenso dos categorías por debajo de la suya.

Con una formación integrada en su mayoría por futbolistas de recambio, algunos debutantes y otro puñadito con menos minutos que los habituales titulares, los dirigidos por Cristian Díaz volvieron a mostrar su andar errado, poco plan de juego, niveles individuales muy escasos para cualquier competencia seria y poco atrevimiento o determinación para salir de este flojo momento futbolístico que le toca vivir.

Apenas un par de remates de Da Campo en el primer tiempo fueron sus únicas (si, únicas) posibilidades de generar peligro en la valla de un elenco mendocino que llegó a la cancha de Temperley a hacer su planteo. ¿O alguien imaginaba que Gimnasia iba a plantarse de igual a igual con Quilmes? Los dirigidos por Darío Alaníz fueron prolijos, no cometieron errores, presionaron mientras pudieron, aunque nunca terminaron de explotar la velocidad de algunos de sus puntas.

Y en medio de un partido con tanta escasez y tan poco talento, era lógico que la historia se fuera a definir desde el punto penal. Allí también fue el conjunto cuyano quien mostró una mejor calidad en las ejecuciones, mientras los futbolistas de Quilmes erraron casi todos sus disparos. Cosa juzgada, Gimnasia a la siguiente fase y el Cervecero eliminado, por segundo año consecutivo, en su debut.

Más allá del fastidio que trae otro resultado en contra, la preocupación sigue siendo el nivel general. El equipo involuciona fecha tras fecha, generándose un riesgo enrome para las últimas fechas de un torneo de Primera División, en el que el descenso viene acercándose muy rápidamente, al punto que ya lo tiene a la vuelta de la esquina.