El diagnóstico positivo que deja un nuevo paso de Quilmes por el interior del país es la recuperación de una fortaleza defensiva que, casi sin pretenderlo, fue su sello característico en el inicio del campeonato. Eso, sumado a una fortaleza y mayor convicción para pelear el partido hasta el final, fueron suficientes para que el conjunto de Nardi pudiera rescatar un empate en Tucumán ante un flojo San Martín que convirtió por un gol en contra y le costó generar peligro.

Podo productivo en el balance general lo que ofrecieron dos pesos pesados de esta categoría, pero a los que les cuesta todavía hilvanar juego y encontrar el funcionamiento necesario para ser verdaderos protagonistas. Casi que no hubo situaciones de peligro, se alternaron momentos y, pese a una mayor y mejor posesión del local, el empate fue bastante justo.

Justamente, en un principio de encuentro que le fue favorable, San Martín sacó ventaja por insistencia y por un error del adversario. Un centro de Walter Busse desde la derecha, que iba destina al punto del penal, terminó siendo enganchado de mala manera por Tobías Albarracín, que mandó el balón directamente a la red, tras sorprender a Trípodi.

Pese a envalentonarse, le costó ser profundo a los dirigidos por Cagna y con el correr de los minutos fueron desinflándose. Eso lo aprovechó Quilmes, que con poco pudo llegar al empate. Apenas algunos balones largos habían generado mínima zozobra para la visita, y en una de ellas, Nouet picó y llegó a la pelota antes del arquero Arce, sintió un roce, se dejó caer y el árbitro Echavarría sancionó penal. Caneo, fuerte y al medio, puso el empate sobre el cierre de la etapa.

En el segundo, la decisión de cada uno quedó más a la vista: el Santo yendo y el QAC esperando para salir de contra. El trámite se hizo más parejo, los errores propios les jugaron en contra a ambos, los cambios no terminaron de incidir demasiado y, salvo en algunas jugadas a balón parado, casi que no hubo tiempo para contar con alguna nueva chance de gol.

Segundo empate consecutivo de un Cervecero que ya suma cuatro partidos sin ganar. Distanciado de la punta, apuesta a un renacer futbolístico que arrancó por la vuelta a las fuentes: solidez defensiva y una postura combativa por defender el punto. Ahora deberá ratificar su postura y agregarle más opciones en ataque porque, como local, estará obligado a cortar esta racha y sumar de a tres.

Foto: La Gaceta