La goleada conseguida en Rosario generó expectativa para el estreno como local que tuvo Argentino de Quilmes en esta temporada de la C. Fue el reencuentro con su gente después de aquella tarde de los penales fatídicos que no le permitieron el ascenso y en este regreso, la imagen no fue la mejor. Regaló un tiempo ante un rival como Ituzaingó que aprovechó al máximo sus oportunidades. En el segundo mejoró, pero el empate se dio sobre la hora con un penal polémico.

Algunos nombres nuevos para un sistema ya conocido pero que necesita minutos de juego para terminar de andar. Ese parece el resumen apropiado para este inicio de campeonato en su casa para el Mate. No jugó bien y, aunque es cierto que el campo de juego muestra sus habituales complicaciones en la barranca, lo cierto es que la temporada pasada el equipo de Monzón lograba apabullar a sus adversarios y esta vez, no fue el caso.

Le costó y mucho la primera parte, en la que solo logró generar peligro a partir de algunos balones parados y gracias a dudas en la visita. Se dejó dominar el balón, no tuvo juego en la mitad de la cancha y cometió varios errores en el sector defensivo. Uno de esos se vivió a los 23 minutos, quedó un agujero entre los centrales que fue bien aprovechado por Mauro Boaglio que, bien habilitado, definió de mejor forma contra un palo.

Ese gol desesperó a un Argentino que debió esperar hasta refrescar ideas en el vestuario para cambiar un poco la imagen. Como solía ser una marca evidente del equipo de Monzón en la temporada pasada, los segundos tiempos parecen volver a ser su fuerte. Más convicción, mayor decisión y variantes ofensivas que fueron apareciendo con los cambios y con mejoras en rendimientos individuales. A esto hay que agregarle la extremadamente pasiva postura que tomó Ituzaingó para defender la ventaja

Por eso, el Mate tuvo el control absoluto del trámite durante casi todo el tiempo pero, pese a eso, le costó y mucho generar peligro. De cualquier manera, ya merecía la igualdad antes que Cristian Suarez cobrará un penal raro a tres minutos del final. Después de varios rebotes y con una pelota que no bajaba nunca, Brian Duarte dio la sensación de dejarse caer en el área y el árbitro compró. Gastón Grecco, ingresado un rato antes, lo transformó en el empate. Inclusive, tendría una más que definió correctamente pero el arquero Matías Lescano mandó la pelota al corner.

Un rendimiento más flojo de lo esperado y un resultado que terminó siendo no tan malo por la forma en la que se consiguió. Conclusiones para un Argentino de Quilmes que deberá seguir trabajando y sabiendo que, en un certamen largo y exigente, cualquier punto que se consiga cuando no se juega bien, también puede valorarse.

Foto: Mate Eterno