Etapa de éxtasis para Argentino de Quilmes. Inclusive, después de un partido como el de este domingo, que le costó no jugó bien y hasta puede llegar a debatirse si fue un claro merecedor de la victoria. Poco importa después de esta remontada que viene evidenciando el equipo de Pedro Monzón, que frente a Lamadrid ganó su quinto juego consecutivo y, con los tres puntos, alcanzó a Dock Sud en lo más alto de la tabla de posiciones. La próxima fecha se enfrentan en un partidazo.

Ya conociendo de antemano que había pasado con el líder, el Mate sabía que se enfrentaba a la gran posibilidad de saltar por primera vez a la cima del certamen. Claro que, la parada no iba a ser sencilla porque el rival está necesitado de puntos, teniendo en cuenta que debe sumar para conservar su lugar en la divisional.

Por eso todo fue bastante parejo en el inicio, sin claridad ni grandes diferencias por parte de ninguno de los dos. Hasta que, a los 18 minutos y tras un ataque en el que la visita pidió falta, Leonel Barrios escaló por la derecha, se metió al área y tiró un centro bajo que, después de algún toque, encontró solo por el medio a Matías Martínez. Y el top scorer de las últimas del celeste, no falló y sacó la primera diferencia.

Pero cuando parecía que tenía todo para aprovechar, Argentino terminó sufriendo bastante el trámite. Le costó recuperar y tenerla pelota, inconscientemente se fue tirando atrás y los de Devoto comenzaron a generar situaciones. Algunas muy claras, con graves desatenciones defensivas del equipo de Monzón. Inclusive, después de quedarse con diez debido a la roja directa que vio Ariel Vera (fuerte codazo sobre Matías Correa).

La historia no cambió pese al descanso, Adrián Leguizamón tuvo que revolcarse y volar por demás para sacar adelante el momento de mayor fragilidad. El correr de los minutos le dio la posibilidad de encontrar espacios y opciones ante un adversario más desesperado. Pero el Mate nunca estuvo fino en la tarde y recién pudo definir la historia en el cuarto minuto de descuento, a partir de una veloz corrida de Brian Duarte (sigue en el banco) que en una contra encontró a Matías Irala, otro ingresado en la parte final, y este tocó a la red.

La mayor alegría de la actual campaña que no queda salpicada por una de las actuaciones más flojas del año. Todo lo contrario: el resultado da confianza y optimismo para una zaga de partidos y cruces muy complicados que se le vienen por delante. Encima, mirando a todos desde lo más alto.

Foto: Mate Eterno