Parece que no hay caso. Cuando juega bien, regular o mal. Cuando merece algo más o cuando suma más de lo mostrado en campo, a este Quilmes le cuesta horrores poder conseguir una victoria y eso lo empieza a pagar en este tramo definitorio de la temporada. Ante un Brown que recibió una expulsión muy temprana y que afrontó casi todo el juego con un jugador menos, creó situaciones pero no pudo convertir y sumó un solo punto que lo deja en zona de descenso.

Las fechas pasan y la reacción del equipo no aparece. Y si encima, los principales adversarios empiezan a sumar, la situación comienza a ser realmente apremiante para un QAC que comienza a sentir que su situación con el descenso cada vez se hace más complicada de torcer. Esta noche tenía por delante un partido bravo, que en parte se simplificó a partir de una muy temprana expulsión del central Enzo Ortiz por último, tras frenar una corrida de Niell (pareció exagerada de parte del árbitro.

Pese a todo, le costó muchísimo generar peligro durante la primera etapa, ante un adversario que rápidamente entendió cual era el papel a cumplir al jugar casi 85 minutos con un jugador menos que su rival: enfriar el partido, adormecer los tiempos, aprovechar el poco rato que pudiera para tener la pelota y reacomodarse defensivamente ante la necesidad imperiosa del local por ir en búsqueda de los tres puntos.

Y el papel lo cumplió casi de forma perfecta hasta el cuarto de hora del segundo tiempo. Una doble posibilidad de peligró, ambos a mano de Bellone que contuvo el arquero Martín Ríos (primero remate contra un palo y después un cabezazo contra el palo, que dejó dudas si la pelota cruzó la línea de gol), envalentonaron a un equipo que, con más esfuerzo y ganas que fútbol, presionó y llevó el juego a campo contrario.

A medida que fueron transcurriendo los minutos, todo se hizo más cuesta arriba y los errores en los últimos metros le terminaron quitando opciones, ante un Brown que contó con dos contras claras, pero que el resto del tiempo se dedicó a cuidar un resultado valioso para sus aspiraciones de pelear por ingresar al Reducido.

En cambio, y a diferencia de la igualdad en cero de la semana pasada, este punto tiene poco de valor para un Cervecero que mereció ganar pero que no alcanzó para lograr el único resultado que en esta fecha lo sacaba del puesto de descenso. Obligado por la coyuntura, tendrá que ir a sumar a Caballito el próximo domingo y pensar que solo los triunfos pueden darle vida, después de una noche en la que es imposible no asustarse con lo que puede llegar a presentarle el futuro inmediato.