A esta altura, los rivales ya deben saberlo: no pueden darle ventajas a Quilmes porque es capaz de aprovechar cualquier regalo u opción que aparezca para sacar rédito a su favor. Y en la fría y lluviosa noche cordobesa, Instituto se fue equivocando de forma reiterada… hasta que lo pagó caro. Un zapatazo de lejos por parte de Leandro Gonzalez que se le escapó a un arquero que estaba lesionado, le permitió al conjunto de Leo Lemos mantener el invicto y seguir prendido.

Otro partido complicado ante un adversario que venía en franco crecimiento sirvió como nueva prueba para continuar conociendo la realidad del Cervecero. Con su idea habtual de ser seguro con la pelota, tratando de replegarse y dar pocas opciones cerca de su arco y buscando la opción de la contra cada vez que sale fuera de casa, por momentos hizo un buen partido, aunque también fue superado.

Le cuesta tener la iniciativa pero, una vez más, tuvo una opción clara en los minutos iniciales: desborde por derecha al que no llegó Prost en el primer palo y que, increíblemente, Imbert se lo perdió debajo del arco.

A partir de ahí, Instituto comenzó a crecer y fue el protagonista del trámite. Sin demasiado cierre de jugada, salvo por algunos remates de larga distancia, encontró el gol tras una pelota quieta. El tiro libre del costado no fue bien despejado por Marcos Ledesma y, en el rebote, Bajamich marcó de cabeza.

Fue en los últimos diez minutos de esa primera parte que los locales le dieron variedad de ofertas al QAC para convertir. Un resbalón lo dejó a Ramírez de frente al arco pero remató débil y desviado, después una avivada suya le quedó a González pero su disparo fue salvado casi en la línea y en el rebote, Prost definió muy mal y desviado.

Las oportunidades se repetirían en pleno inicio del segundo. Un lesionado Salort decidió seguir en cancha pese a un dolor en el hombro pero no pudo detener un largo disparo de Leandro González, que le venció las manos y terminó siendo el empate. Eso tranquilizó a los de Lemos y volvió a activar a los locales que podrían haber marcado un golazo, de no ser por un manotazo salvador de Ledesma ante un fuerte envío de Estigarribia.

Los errores siguieron sucediéndose de un lado y el otro e, inclusive, en la terna arbitral. En la más grosera, el segundo asistente anuló un gol lícito de Cristian Zabala, por considerar que estaba en posición adelantada cuando en realidad estaba en la misma línea.

Si bien sufrió en los minutos finales, el Cervecero resistió sin tantos problemas para asegurar un nuevo punto en el torneo. Continúa invicto en el certamen y, más allá de posibilidades futuras, se demuestra que no es menos que aquellos posibles llamados a ser protagonistas en su zona.

Foto: QAC oficial