Un nuevo test de diagnóstico argentino del virus que causa COVID-19 fue desarrollado a partir de una alianza estratégica entre las universidades nacionales de San Martín (UNSAM) y de Quilmes (UNQ), junto a dos pymes tecnológicas. Entre los responsables de este logro científico aparece Marcos Bilen, salteño pero que desde hace muchos años está radicado en nuestra ciudad. En charla con DQ habló de esta gran experiencia vivida y de su otra pasión: la Pelota Paleta.

“Ahora que pasó un poquito todo, me bajó el cansancio. El laburo científico está bastante en las sombras y lo lindo para cada uno de nosotros es poder sentir que damos una mano a la sociedad, por eso me siento muy contento a la vez”, comenzó su charla en DQ Radio (FMQ 93.5) el cofundador de la empresa Productos Bio-Lógicos y miembro del Laboratorio de la UNQ.

- Algo lindo de la historia es como se dio todo, porque utilizaste plantas que recolectaste hace muchos años en Salta…

- En 2002, recorriendo la puna salteña junto a mi padre, en una zona de aguas termales, tomé muestras por simple curiosidad, quería tenerlas para analizar. Las muestras estuvieron congeladas durante diez años hasta que en 2012 me di cuenta que era el momento adecuado para que viesen la luz. Para mi sorpresa, descubrí que era una bacteria termófila, es decir, que podía soportar condiciones extremas de temperatura relativamente altas. De allí se extrajo la polimerasa, una enzima con la capacidad de realizar amplificaciones de material genético y actuar a una temperatura constante de 60 grados. Este hallazgo es una de las claves para comprender la velocidad y la sensibilidad del kit diagnóstico denominado ELA (Easy Loop Amplification). Los trabajos de investigación tienen tiempos muy largos, por eso muchas veces no se nota cuanto trabajas, porque los resultados no son inmediatos.

- ¿Pasa muchas veces que una búsqueda para determinado tema termina sirviendo en otros objetivos?

- Es muy habitual porque la biología es así. Lo que te interesaba en un momento, deja de interesarte para ese objetivo y lo usás para otra cosa. Por ser un grupo de gente joven, tenemos una línea de pensamiento en la que intentamos dar una mano a la sociedad con lo que desarrollamos y no que quedé en una publicación de una revista. Poder devolverle a la sociedad, la inversión que hicimos todos en algo que no se pierda.

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- ¿Cuánta gente trabajó durante este largo proceso?

- Son más de veinte años de trabajo, así que imaginate que ha pasado mucha gente… Pero puntualmente para este desarrollo, se conformó un consorcio entre las dos universidades públicas que, a su vez, fueron capaces de crear dos mini-empresitas, que son las que están llevando adelante este kit. Entre las cuatro entidades, seremos entre 20 y 25 personas, más becarios y profesionales. Obviamente nos ayudaron muchísimo los Ministerios de Tecnología y el de Producción, la ANMAT, el Malbrán que es el instituto de referencia donde se están realizando los test. Lo bueno es que hubo mucha sinergia, buen entendimiento entre todos.

- Esto realza un poco más el trabajo que se hace desde las universidades públicas.

- Mirá, sin importar la bandera política que tengas, no tiene punto de discusión tu inversión en conocimiento. Es una inversión, no un gasto. Este valor, sumado a la educación y la cultura es nuestra historia, es el legado que tenemos como Nación. Una situación como esta pone de manifiesto estas causas y cuáles son los objetivos que tenemos como país.

- No podemos dejar de preguntarte sobre algo de deporte (risas), ¿cómo estás con la paleta?

- A mí siempre me costó engancharme con los deportes, pero con la paleta no sé qué pasó. Hace siete años que juego en el Circulo Católico de Bernal y lo interesante es de la disciplina es que todos los días seguís aprendiendo. Además, el deporte te marca valores que después lo terminás aplicando en la vida. Ojalá que pronto podamos volver a una cancha para seguir disfrutando de lo que tanto nos gusta.

¿Cómo funciona el ELA Chemstrip?

El kit funciona en tres pasos a partir del hisopado nasofaríngeo de la persona a diagnosticar. Todo el proceso dura una hora y media y puede realizarse con los componentes que vienen en el kit diagnóstico, más un equipo para incubar a 60°. Es decir que no requiere el equipamiento costoso y sofisticado que utilizan los test moleculares RT-PCR.

El valor más importante de este nuevo kit es poder trasladarlo al lugar en el que se quiere testear, el costo es mucho más barato porque los insumos se producen en el país. Durante el primer mes se espera poder producir 40 mil reacciones y ya en julio se imagina poder llegar a los 100 mil kits.