Si bien, la semana pasada había dejado puntos en el camino, hoy el QAC se mostró más deficitario en lo que es su plan habitual: tener la pelota, ser protagonista, manejar los ritmos y el momento del juego, presionar alto, ser agresivo… de todo esto, muy poco, inclusive a pesar de haber estado un rato largo en ventaja.

Sin demasiadas luces, solo con Allione como conductor (jugó libre casi todo el encuentro) y con Díaz haciéndose fuerte desde la mitad de la cancha, lo fue llevando contra su arco, obligando a probar una y otra vez al debutante Budiño en el arco cervecero. Pero, en el primer ataque profundo, increíblemente se puso en ventaja: buena combinación por la izquierda, centro con rosca de Bonetto que no pudo conectar Anselmo en el primer palo, pero que empujó Pons entrando por el segundo.

De allí y hasta el primer cuarto del segundo tiempo, los dos perdieron capacidad y lucidez, aunque los locales se mostraran siempre algo más amenazantes. Y de tanto ir o, de tanto dejarlo venir por el lado del Cervecero, Temperley tuvo su premio. En una definición insólita, porque Pittinari enganchó una pelota y en una símil chilena, el baló se metió cerca del palo ante la no reacción del arquero del QAC.

Y para colmo de males, apenas cuatro minutos más tarde, la defensa pecó al no estar despierto en un tiro libre en la mitad de la cancha que el Celeste hizo rápido, Barrios quedó pagando y por ese hueco se metió Molina para definir cruzado ante la desesperada salida de Budiño.

Inesperado por la velocidad y la forma, quizás no tanto teniendo en cuenta la poca intensidad de un Quilmes livianito y que recién en ese instante, comenzaría a meterse en el partido. Los cambios le dieron más presencia en campo contrario, una mayor capacidad a la hora de la tenencia del balón y opciones ante la anemia ofensiva que presentaba hasta ese momento. El enamoramiento del local ante el triunfo tan necesario que estaba consiguiendo, también ayudó al cambio que vivió el encuentro.

Merodeó el área durante todos esos veinte minutos, atropellado y sin claridad. Pero fue y los de Sava tuvieron un premio, después de un centro y rebotes que derivaron en Obregón, que con una patada karateca, hizo imposible que un tapado Papaleo detuviera el fuerte pelotazo. Empate y tranquilidad. Aunque los planes iniciales, eran otros.

Síntesis

Temperley (2): Joaquín Papaleo; Agustín Sosa (ST 9’ Facundo Pumpido), Facundo Gómez, Facundo Rodríguez, José Vivanco; Franco Díaz, Tobías Reinhart, Lucas Pittinari, Agustín Allione (ST 40’ Santiago Brotzman), Claudio Villagra (ST 24’ Leonardo Zaragoza); Mauro Molina (ST 40’ Agustín Toledo). DT: Fernando Ruiz. Sup: Lautaro Maldonado, Mariano Cáceres, Pedro Souto, Sebastián Martelli y Axel Paiva.

Quilmes (2): Matías Budiño; Martín Ortega, Pier Barrios, Agustín García Basso, Ramiro Arias; Julián Bonetto (ST 24’ Mariano Barbieri), Adrián Calello (ST 29’ Brandon Obregón), Matías Villarreal (ST 29’ Facundo Silva), Emanuel Moreno (ST 24’ Camilo Machado); Facundo Pons y Federico Anselmo (ST 18’ Tomás Blanco). DT: Facundo Sava. Sup: Esteban Glellel, Matías Barrientos, Tomás Bottari y Agustín Bindella

Goles: PT 17’ Pons; ST 17’ Pittinari, 21’ Molina y 47’ Obregón.

Amonestados: Rodríguez, Gómez, Pumpido y Brotzman; Blanco.

Arbitro: Julio Barraza.

Estadio: Alfredo Beranger.