El duelo bajo el cielo de la capital española comenzó con un Martínez dominando las acciones, achicando y superando a su oponente con jerarquía a la hora de conectar y acumular algunas buenas combinaciones. Parecía que era el inicio de una noche apacible, sin embargo, en la segunda vuelta, un bombazo de derecha de Rose impactó con potencia el rostro del argentino, quien al caer se aferró a sus piernas y, al separar, el arbitró increíblemente no la contó como caída. Allí se encendieron las alarmas en el rincón del quilmeño y se vio el primer indicio de que el pleito, a pesar de la técnica limitada del rival y su posición conservadora, no iba a ser tan sencillo. Esa derecha dolió y, desde ese momento, Maravilla abandonó su tradicional guardia baja para adoptar una posición más ortodoxa y prevenir algún nuevo susto.

Sobre el cierre del round siguiente, Martínez conectó una de sus mejores manos de la pelea. En su primer real ataque a fondo, en la corta distancia, consiguió asestar su izquierda en punta con fuerza, golpe que cortó la ceja derecha de Rose. En líneas generales, el resto del combate transcurrió con un inglés que se centró en mantener la distancia, lanzando cada tanto una derecha para mantener a raya a un argentino que todo el tiempo buscó achicar y lastimar, pero sin mucha eficacia, intentando en varios pasajes repetir infructuosamente -e incluso pasando de largo groseramente- el voleado zurdo con el que noqueó a Paul Williams en la que se erigió como una de las definiciones más espectaculares de la historia del boxeo.

“No tendría que haber tirado tanto la zurda de Williams”, analizó Maravilla tras el match y explicó que el plan se complicó porque “esperábamos que Rose saliera a atacar más y no lo hizo. Entonces, es muy difícil entrarle a alguien que salió a esperar”. Por último, adelantó que “en diciembre tengo que hacer otro combate para afianzarme más en el ring. Está claro que hoy no estoy para subirme a pelear por el título mundial, pero apunto a llegar. Hay que tener paciencia. Necesito más rodaje. No se apuren”.

Sergio Martínez es, sin dudas, uno de los mejores boxeadores argentinos de todos los tiempos. Pero hoy es otro púgil, con un caminar en el ring diferente al que supo tener en su esplendor durante la década pasada. Ya no muestra esa velocidad de piernas y combinaciones de golpes que lo llevaron a ser el mejor tercer libra por libra del planeta, solo por detrás de leyendas como Floyd Mayweather y Manny Pacquiao . Y es lógico, ahora tiene 46 años. Y solo él sabe hasta dónde llegar en este sueño de volver a disputar un título mundial.

Los números de este regreso

Tras un retiro de seis años, el ex monarca mundial superwelter OMB y mediano OMB y CMB, reapareció en la escena boxística el 21 de agosto de 2020 noqueando técnicamente en siete rounds al español José Miguel Fandiño en Torrelavega, Cantabria. Cuatro meses más tarde, el 19 de diciembre, noqueó técnicamente en nueve vueltas al finés Jossi Koivula, en el mismo escenario. Con esta nueva victoria sobre Brian Rose (32-7- 1) estiró su récord a 54 victorias (30 nocauts), 3 derrotas y 2 empates.

Fotos: Ring TV.