Humillante caída. En el regreso del público a los estadios, la gente del Canario disfrutó a pleno la actuación y la goleada que consiguió su equipo, que se mantiene como uno de los protagonistas del campeonato. En cambio, para los del Mate, que lo habrán vivido a través de los dispositivos, fue un golpazo de esos que difícilmente se olviden rápido.

Si bien el partido en un comienzo no hacía presagiar semejante resultado, se rompió a partir del primer gol y desde allí, salvo por el amor propio de algunos de los protagonistas, ya no hubo vuelta atrás. Un error del arquero Elías Gómez permitió que Lautaro Gordillo, la figura del partido, pusiera a Flandria en ventaja. Minutos más tarde, Franco Tisera anotó el segundo y, a medida que la visita se caía a pedazos, seguían llegando los tantos rivales: un encendido Gordillo convirtió el tercero y el cuarto.

En el complemento, nuevamente Gordillo anotó de arranque para los de Jáuregui. El descuento llegó por intermedio de Juan Manuel Piedra a los 10 minutos. Pero Gordillo, a esa altura ya estuvo imparable, marcó el quinto en su cuenta personal y el 6-1 en el resultado, e increíblemente sería reemplazado. Juan Cruz Anastasio de penal anotó el segundo descuento y Fernando Giménez estampó el 7-2 lapidario en el resultado.

Un Argentino que, salvo en dos o tres ocasiones puntuales, nunca estuvo a la altura en la temporada, no llegó a pelear por el título, ni por el Reducido, ahora tampoco por entrar a la Copa Argentina. Es más, ni siquiera logró estar por arriba de la mitad de la tabla y, aunque falten cuatro fechas para la finalización del certamen, hay síntomas de ciclo cumplido y de un replanteo profundo que se deberá hacer de cara al futuro.