Mi campaña en el Quilmes A.C de mis amores comienza en 1960, con un club al que lo único que le interesaba era el campeonato y que, con ese objetivo, incorporó a jugadores de primer nivel, al extremo que podía armar dos planteles completos.

Par alcanzar esa meta, llegaron al Cervecero: Tau y Carro, de Gimnasia y Esgrima La Plata; Ángel del Moro, de Los Andes; la línea media completa de Dock Sud: Luca, Possoco y Nemiña; Murieda, wing derecho de Boca; Urquiza, wing izquierdo de Newell’s; Scianca, back izquierdo de Dock Sud; Hernández, interior derecho de Universidad de Chile; Quique Villegas, centrofoward de Independiente; Strach, goleador de la B con Temperley; Orlando Nappe, half izquierdo ex Argentinos Juniors y Huracán; el Colorado Sánchez, un half derecho que jugó en Nueva Chicago y Montagni, wing derecho de Sacachispas y de la Selección Juvenil. Además, también trajo tres arqueros: Levi, García y Correia.

A todos estos grandes jugadores se sumaron varios juveniles de las inferiores del club, como Roberto Aguirre, Masa y Feo, junto a Tallarico y yo, ambos de River Plate. Del año anterior quedaban Abel Pacheco, José Carreño, Héctor Figueroa, Breccia y Pisciotto. Con una opción de recambio notable, todo se hacía más difícil para estar en la Primera, sin embargo, nunca me di por vencido y siempre traté de brindarme con todos mis atributos. Ya llegaría el momento.

Con semejante plantel, Quilmes era el nuevo rico de su divisional y los directivos entusiasmados organizan importantes partidos de preparación contra clubes de primerísimo nivel. Los días previos al campeonato de 1º B de 1960 eran una fiesta. El público lo seguía incansablemente y llena en todos los amistosos el estadio de Guido y Sarmiento. Juega y gana contra Independiente, Banfield, Nacional de Montevideo e Inter de porto Alegre. La escuadra Alba era imbatible y en las calles todos hablaban del equipo.

Se arrima la fecha de inicio del torneo y, para cerrar la pretemporada, el QAC enfrenta con su reserva a la primera de Excursionistas. En el banco de suplentes, el técnico Mario Fortunato, pone a los juveniles que tendría en cuenta, entre los que estaba yo. En ese partido comienza mi bella historia en el club.

Al cierre del primer tiempo Excursionistas ganaba 1 a 0 y el DT pone a los pibes: Roberto Aguirre de 6, Tallarico de 9 y yo de 10. El equipo cambia, juego un muy buen partido, conquistando el empate en el arco que da a la calle Solís, doy el pase al segundo gol que conquistó Pisciotto y el tercero lo hace Bernabé Córdoba, un 8 de aquella época, extraordinario jugador y persona. Quilmes dio vuelta el encuentro por 3 a 1. Un bautismo de fuego con mucha pasión.

En el comienzo del campeonato, el Cervecero debuta en Ferro contra el recién ascendido Deportivo Morón, que contaba en su arco, nada más y nada menos, que con el guardavallas cantor: Julio Elías Mussimesi, ex Newell’s, Boca y Selección Argentina. El partido, que había despertado muchas expectativas, terminó igualado en cero y no fue del agrado de la gran cantidad de gente que llenó la cancha verdolaga. A la par, yo arranqué en la reserva, jugando bien y demostrando que la experiencia vivida en 1959 -al salir subcampeón con Argentino de Quilmes- estaba dando sus frutos.

A pesar de los grandes jugadores que tenía en su plantel, Quilmes no encontraba el rumbo, y su técnico, Mario Fortunato, ante la falta de resultados, renuncia. En su reemplazo llega Juan José Negrí, alias Pichón, ex jugador de Estudiantes de La Plata y compañero en el León de Méjico de nuestro querido José Pirula Santiago.

El nuevo DT toma el equipo en un momento muy difícil y no duda en hacer varios cambios, con el ánimo de darle otra enjundia al equipo. Es así, como el 11 de junio de 1960, me toca debutar en la Primera División del Decano del fútbol argentino. Fue en cancha de Tigre y derrota por 2 a 0. Ese día también tuvieron su bautismo Tau, Scianca, Hernández y Campos.

En la siguiente fecha empatamos 2 a 2 con Dock Sud, luego vamos a Remedios de Escalada y, bajo una lluvia torrencial, ganamos por 4 a 1 a Talleres. Ese día hicimos un partido brillante y desde ese momento el equipo jugó cada día mejor. Me hice figura en los Albos, brillando en cada sábado, siempre jugando con toda la pasión y el amor por la casaca.

Fe de erratas: En la última entrega de Vivencias Futbolísticas –publicada en la edición Nº9- donde dice José Piruja Santiago, debería decir: Pirula Santiago.