Al comienzo fue un juego muy de ajedrez, ninguno mostrando demasiado las cartas, y al QAC se lo notaba recurrentemente optando por lanzar balones largos a sus dos centrodelanteros que, por su jerarquía y efectividad, en cualquier momento podrían sorprender. Llegando a los 14 minutos, después de una pelota parada enviada de Brahian Ayala al área que la defensa despejó a medias, Mario López Quintana terminó asistiendo a Facundo Castro que -en posición adelantada-, logró definir en una especie de tijera, que fue efectiva y puso en ventaja al Cervecero.

Poco más ocurrió en esa primera mitad, en la que Quilmes siempre estuvo un poco más cerca que Estudiantes. En la más clara, el arquero Matías Vega le sacó un cabezazo de gol a Federico Anselmo. Los de Caseros no encontraron nunca su juego y le costó muchísimo quedar en posición de gol.

En la segunda etapa, el QAC se asemejó más a la versión de equipo que viene mostrando en lo que va del campeonato: un equipo con un claro esfuerzo colectivo, que a la vez intenta jugar y explotar las bandas para que definan los buenos delanteros con los que cuenta. Y en un momento en el que el partido no terminaba de inclinar su balanza, llegando a los 36 minutos, uno de los ingresados Julián Bonetto hizo la personal por la banda derecha y lanzó el balón que, otro que tenía pocos minutos en cancha como Agustín Bindella terminó transformó en gol con un giro y una gran definición que dejó sin respuestas al portero visitante.

En juego estaba la cima de la zona B de la Primera Nacional y, con mucho esfuerzo y potencia goleadora, el Cervecero terminó sacando un duro partido adelante, para volver a ponerse la mochila de candidato, dentro de un torneo en el que nada será sencillo y esto tendrá que ratificarlo semana a semana.

Foto: Estudiantes oficial