Ciencia, arte, técnica y estrategia. ¿Qué dice el diccionario sobre estas cuatro palabras?

Ciencia: conjuntos de conocimiento obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales.

Arte: virtud, disposición y habilidad para hacer algo.

Técnica: perteneciente o relativo a las aplicaciones de las ciencias y las artes.

Estrategia: arte para dirigir las operaciones de un combate.

Desarrollemos, ahora, estas cuatro palabras trasladarlas a un combate de box.

Parte III: Técnica

Siempre que escucho discusiones sobre la técnica en el box me provoca cierto desconcierto. Dicen que las piernas a tantos centímetros una de la otra, que un brazo así y el otro asa, que la rotación, que no se debe rebotar porque es muy de amateurs y demás disparates. En realidad, estos entrenadores no hacen otra cosa que discutir de la coreografía que los libros de box destacan con todo énfasis.

Y dicen: las piernas bien firmes y sin rebotar porque la base es todo, los brazos bien arriba que nos va a garantizar una defensa óptima, el maxilar bien apretado para evitar lesiones, no respirar por la boca, no amague, no retroceda, no piense… y llévelo y llévelo, como estrategia única. Y pensar que la mayoría de estos entrenadores sostiene que Cassius Clay fue el más grande de todos los tiempos… ¡pero predican exactamente todo lo contrario a lo que él hacía!

La técnica que realmente sirve y a la que me estoy refiriendo es la de utilizar la ciencia y el arte en tiempo y forma.

Hay muchos boxeadores que parece que tienen todo, pero nunca terminan de redondear una actuación convincente. Eso se debe a que están fuera de tiempo y a no tener los conceptos fundamentados. No saber que armas tenemos es prácticamente como no tenerlas, no saber que conceptos utilizar es como no tenerlos y no tenerlos fundamentados es combatir en la nebulosa. Si estamos fuertes, peleamos; si nos cansamos, vamos hacia atrás. Eso es una constante.

La técnica mal empleada nos conduce a un gasto y a una exposición física innecesaria. El entrenamiento y la preparación de un púgil es vital para su carrera, pero saber los momentos de emplearlos es mucho más importante.

Anteriormente puse como ejemplo la conducción de un auto para graficar la Ciencia. Ahora supongamos que tenemos conocimiento del comportamiento de los demás (ciencia) y sabemos todas las leyes de tránsito (arte), solo nos resta saber cuando acelerar, cuando frenar, cuando pasar a otro, cuando cambiar de carril, etc. Eso es la técnica: emplear el arte y la ciencia en tiempo y forma ¡ah! y siempre mirando por todos los espejitos porque, como en el box, es más importante tener en cuenta lo que viene que lo que va.

Saber respirar, soltar el cuerpo, elaborar una ejecución, administrar los conceptos, crear un terreno favorable, capitalizar una situación, saber como -pero más cuando-, observar y deducir, entre muchas otras cosas más, son elementos técnicos que forman parte del aprendizaje y la enseñanza y que muy lejos están de la discusión del recorrido de un golpe.

Clay, Monzón, Hamed, Maravilla Martínez, Whitaker y otros que son grandes de la ciencia y el arte, acrecientan estos conceptos empleando la técnica que la situación les demande. Dejan de lado la coreografía que, según los libros y la mayoría de los entrenadores, es válida. Conocimiento, razonamiento y fundamento son sus armas preferidas y, por eso, muy lejos están del impulso, instinto, hábito, reflejo o probabilidad y, menos que menos, de la Providencia.

(*) Carlos Paniagua es Entrenador de boxeo.