Junto a los días soleados y calurosos, en la ribera arrancó con todo una nueva temporada de kitesurf. Allí se encuentran dos escuelas homologadas pero, una de ellas rompió las barreras establecidas: nació con la presencia de mujeres decididas a aprender este extremo deporte. De esta forma, en Natural Kite School, las chicas se calzaron el neoprene y se fueron al agua, yendo contra la corriente en una disciplina que, ya sea por prejuicios o costumbres, es habitualmente asociada a los hombres.

“Cada día se ven más mujeres que se acercan al deporte”, se alegra Lorena Sultán, fundadora de Natural Kite School junto a Daniel Rodríguez, y explica: “el kitesurf es una modalidad de navegación en la que se utiliza una cometa (kite en inglés) sujetada por líneas fijadas a una barra y al cuerpo por medio de un arnés. A través de los movimientos de la cometa junto con el viento se produce la tracción necesaria para poder deslizarse por medio de una tabla en el agua o en la nieve”.

La diversión no es solo para los chicos

“Los que realizan este deporte son mujeres y hombres que disfrutan de la naturaleza y se divierten en un ambiente sano, de generosidad y camaradería”, refuta Lorena cualquier postura machista, y llama a que más chicas se sumen a esta disciplina: “a aquellas mujeres que sientan ganas de aventurarse en el kitesurf, pero creen que no es algo muy femenino o le tienen miedo, les recomendamos que se asesoren en las escuelas y con instructores con experiencia. No hay nada que temer si uno es lo suficientemente cuidadoso, precavido y conciente sobre las normas de seguridad”.

Así, predicando con el ejemplo, Lorena está decidida a apoyar este deporte, ayudando a superar prejuicios y miedos, para que cada vez menos mujeres y hombres se pierdan de experimentar que se siente navegar en un kite.