Quilmes cumplió con su cometido. Con un gran rendimiento en el segundo tiempo, se sacó de encima a un insulso Racing y sumó tres puntos vitales para mantenerse con vida y con chances matemáticas de alcanzar el milagro de la salvación del descenso directo. El equipo mostró otra actitud y, con actuaciones individuales en un alto nivel, se mostró como el legítimo ganador del juego. Los resultados rivales acompañan la ilusión.

El triunfo era necesario de todo punto de vista. Para borrar la pálida imagen que el grupo había dejado en su paso por San Luís, para darse confianza y demostrarse a si mismo que tiene con qué para dar pelea, pero principalmente para aumentar su cosecha de unidades en la tabla de los promedios y acercarse un poquito a sus perseguidores.

Y si bien, la parada no era para nada sencilla, el Cervecero terminó ganándolo con total justicia. Es que, la constante irregularidad del elenco de Avellaneda, sumada a las notorias ausencias que tuvo el equipo (Teofilo Gutiérrez, Lugüercio, Toranzo y Licht) fueron demasiado para un conjunto local que, cuando se soltó tras el primer tanto, lo superó ampliamente.

La velocidad y el apuro de ambos por sacar una diferencia, hicieron interesante la primera mitad de la etapa inicial. Allí se vio lo mejor de la Academia ante un Quilmes que le costó hacer pie defensivamente los primeros minutos, pero que mostraba la autoridad que necesita un equipo que quería ir en busca del triunfo: quitaba, raspaba y se volcaba en ofensiva, a pesar de excederse en los pelotazos.

Esa paridad, se quebró al minuto 10 del tramo final. La subida de Caneo, continuó en una buena habilitación de Torres que habilitó a Cauteruccio y éste, con un latigazo cruzado, mandó el balón a la red. Sería el principio para ver lo mejor del Cervecero y un golpe del que nunca se recuperarían los de Russo.

A partir de ahí, Caneo mostró lo mejor de su repertorio (otra vez fue figura), Kalinski comenzó a ser una buena compañía a la hora de distribuir el juego, y Garnier seguiría siendo la incansable rueda de auxilio de un conjunto que también vio el crecimiento del resto de sus integrantes. Por eso, no llamó la atención que llegará el segundo tanto. Esta vez, por el propio Caneo, después que Vázquez aguantara muy bien el balón en las puertas del área.

Pudo haber sido goleada, pero los de Caruso desperdiciaron varias oportunidades. Igual, la diferencia estaba bien, El triunfo se consumó, el grupo festejó y subió un peldaño más en esta empinada escalera que tiene por delante. Todavía le falta mucho para lograr el objetivo, pero este domingo dio un buen paso inicial.