El Cervecero lo tenía en el buche pero lo dejó escapar. Pese a no haber comenzado jugando bien, logró ponerse en ventaja gracias a un blooper del fondo visitante, pero luego no pudo liquidado a tiempo pese a la ventaja en el marcador. En el tramo final, Boca llegó al empate a dos remates de media distancia, uno de ellos de Palermo de treinta metros. Aunque las matemáticas le permitan sostenerse con vida una semana más, el final fue entre lágrimas y con sensación de un descenso casi consumado.

Más allá de haber sobrevivido a u partido complicado y ante un rival que jugó bien, el empate tuvo sabor a derrota para Quilmes. Es que, en un momento tuvo una diferencia de dos goles, y no la supo (o pudo) manejar para conservar el triunfo. Pero principalmente, porque el resultado (sumado al empate de Gimnasia y a la victoria de Huracán) lo deja en Primera solo por cuestiones numéricas.

Aunque, el comienzo del partido fue casi un monologo de los Xeneizes, que monopolizaron la pelota y tuvieron mucho más determinación y protagonismo en el juego. En ese tramo, Trípodi sacó una pelota clara de gol y el línea Ricardo Casas le anuló erróneamente un tanto a Colazo.

El QAC despertó de su letargo a partir del increíble error que se hizo la defensa de Boca. Tras un centro de Corvalán, Caruzzo quiso despegar la pelota pero apenas alcanzó a peinarla y terminó colocándola contra el palo izquierdo de Lucchetti que había salido a cortar la pelota. A partir de ahí, los de Caruso mejoraron y mostraron lo mejor de la tarde.

Y pese a que Romeo desperdició varias oportunidades, una mala salida del arquero visitante, le permitió a Gerlo aumentar la ventaja. El Cervecero aprovechaba todas las equivocaciones rivales y cerraba de gran manera el primer tiempo, dejando la ilusión más en alza que nunca.

Rápido de reflejos, Falcioni mandó a Rivero a la cancha en el tramo final y equilibró la mitad de la cancha. Quilmes se retrasó y le dio una vez más la pelota a Boca, que si bien merodeaba el arco, no tenía resolución. Hasta que un zapatazo de Palermo desde 30 metros, comenzó a hacer realidad la posibilidad del empate. Un gol de otro partido. Y para colmo de males, en el siguiente remate al arco, Cristian Chávez la colocó contra un palo y empató el partido. Era volver a empezar…

Pero al QAC le costó mucho hacer pie en ese momento. Y sostuvo el empate gracias a la investidura de un Kalinski en su mejor nivel, de dos laterales que cumplieron en el ida y vuelta, con los centrales (sobre todo Martínez) que se cansaron de sacarla de la zona caliente y con un Trípodi que cumplió su mejor papel en esta temporada.

Nada de eso pudo evitar la desazón del final. Entre lágrimas y resignación, los futbolistas cerveceros empezaron a hacer su duelo. El aplauso de la gente por la entrega fue el regalo para un equipo que mejoró su imagen en las fechas finales. Ahora solo resta saber digerir lo que está por venir…