Por Leonardo Testa

Hay veces que las situaciones de un partido llegan al extremo y al Quilmes High School le tocó vivir una muy particular en su compromiso con Lomas por el Metro de Primera A. Se trató de una tarde caliente, en la que dos jugadores del Verde terminaron en el hospital: Damian Pérez, a quien debieron darle dos puntos en el mentón, y Esteban Rognoni, que sufrió la rotura del tabique. Walter Di Nardo, DT del equipo, charló con DQ sobre las situaciones vividas en la Ribera.

Indignado ante el accionar de los jugadores e hinchas visitantes, el entrenador comenzó descargando su bronca: “Las cosas del partido quedan ahí, pero si tenés un jugador con la nariz rota, es desagradable que haya gente desubicada, gritando a un costado de la cancha”. Y con mucho énfasis, siguió con su relato: “Me parece que entramos en el terreno de la falta de respeto, en un deporte que fundamentalmente lo hacemos para divertirnos. Yo juego hace cuarenta años y nunca me había tocado ver a una mujer gritando tirenlo afuera”.

Aunque la polémica continúa, Di Nardo busca no involucrar a su equipo en las situaciones de juego brusco y aclara: “De ninguna manera somos un equipo malintencionado. Es cierto que recibimos muchas tarjetas, pero la mayoría son por hablar. Y las que son por cortar el juego, se debe a que somos un elenco que está obligado a defender, y eso lo terminamos pagando”.

Con respecto al momento del QHS, el entrenador es conciente de las virtudes y defectos de su equipo, y se atreve a realizar una autocrítica afirmando que “nos falta terminar de acostumbrarnos a la categoría, tener un poco de más confianza y que nos funcione el corner corto. En el arranque de la temporada nos costaba muchísimo ser eficaces en las jugadas fijas, por eso no podíamos meter un gol, aunque teníamos muchísimos cortos. Hoy la cosa mejoró, y de a poco vamos a poder utilizarla como un arma ofensiva más importante en nuestro juego”.