El Cuervo se encargó de arruinar la fiesta que estaba armada en la Barranca. Fénix mostró su oficio y su chapa de candidato y, con una gran victoria ante su principal rival en la pelea por el ascenso directo, se recuperó después de un bajón futbolístico y recuperó la punta de la tabla se posiciones. Para Argentino de Quilmes se trata de una dura derrota que deberá tener que asimilar lo más pronto posible, para seguir disputando este cabeza a cabeza en las ocho fechas que restan en la temporada.

Pese a que el cielo gris no terminaba de darle la pintura ideal a la tarde, la cancha mostró desde temprano un imponente marco. Con un estadio completo como hacía mucho nos e vivía para un partido del equipo, el Mate llegaba con la ilusión de poder devolver dentro de la cancha, la alegría que los hinchas transmitían desde la tribuna.

Pero rápidamente, ese sueño comenzaría a desvanecerse en el aire. Fue a los 16 minutos cuando la visita pudo sacar la primera diferencia, demostrando su predominio en el juego. Daniel González fue quien terminó la jugada que aumentarían los errores de un Argentino que era superado en el trámite. Por eso, no extraño que Fénix llegara a un segundo tanto, en este caso a través de Mariano Puch.

Claro que, el tanto de Diego Leguiza, en una buena definición de frente al arco, parecía darle una buena inyección anímica al equipo para el segundo tiempo. Fue en esa etapa que mostró cierta mejoría gracias al empuje y al amor propio. Ya lanzado decididamente en ataque, tuvo ocasiones claras para poder lograrlo, pero las despilfarró. Encima, dio ventajas en el retroceso y una de esas contras fue bien aprovechada por Marcos Riquelme, que clavó la pelota en el arco, sin darle posibilidades al arquero Claudio paz. Con el partido casi perdido, el Mate se descontroló y así llegaron las expulsiones Fabián Cabello y Marcos Soza.

El mejor de los dos, se llevó más que un triunfo. Son tres puntos que lo dejan primero, le devuelven la confianza por el nivel mostrado y llenó de preocupaciones a su rival directo. Para Argentino se trata de algo más que un tirón de orejas. Fue un llamado de atención: no puede volver a equivocarse en lo que resta por jugar si es que todavía sueña con el ascenso directo.