Por Leonardo Testa

Una mitad le alcanzó a Quilmes para recomponer la situación. Después de un muy flojo tramo inicial, en el que se vio un equipo dubitativo y con pocas ganas, el elenco conducido por Mariano Ronconi mostró una actitud diferente en el complemento, lo que le permitió sacarse de encima a Ciudad B. De esta manera, el equipo mantiene su evolución y crecimiento en el campeonato: extendió su racha invicta y lentamente se acerca a las principales posiciones de la tabla.

El encuentro comenzó vibrante y antes del primer minuto de juego, Quilmes ya había tenido la primera situación para abrir el marcador. Sin embargo, esa jugada terminaría siendo una de las pocas ocasiones que tendría a su favor en la primera mitad. Ciudad B mostraba un juego sencillo, utilizaba el ancho de la cancha y generaba peligro a través de los flick, mientras que el local estaba jugando uno de sus peores partidos del campeonato: cometía errores en la marca, trasladaba en exceso y fallaba a la hora de pasar la bocha.

A los 31 minutos, en el segundo corto para la visita, Santiago Arceo marcó el primer gol de la fresca tarde en el ex Estadio Nacional, generando incertidumbre en el conjunto dueño de casa.

La segunda mitad fue totalmente distinta. El Cervecero se despertó, mostró actitud, ganas, entrega y, a partir de las diversas proyecciones por el sector derecho, comenzó a emparejar el partido. A los diez minutos, en el primer fijo, Gabriel Encinas empató el partido y le dio un envión anímico al equipo, que se vio reflejado nuevamente en el marcador, cuando Juan Pablo Hourquebie sacó un fierrazo que derivó en el 2-1 parcial.

A los 20 minutos, Marcos Tubio encaró por derecha, y tras una gran jugada colectiva, Abel Encinas terminó tocando la bocha a la red, y sacándose la mufa. Sin embargo, el resultado no estaba cerrado. Ciudad fue en busca del descuento, dejando espacios en el fondo que fueron aprovechados por los delanteros cerveceros. Y a los 23, Chicho Encinas aumentó las diferencias a través de un corto.

Esta ráfaga de 13 minutos le permitió a los dirigidos por Mamo Ronconi dar vuelta el partido y asegurarse una victoria sin jugar bien, pero siendo contundente a la hora de definir. El marcador se cerró a los 24 minutos, cuando Arceo decretó el 4-2 final que tuvo el partido.

Quilmes no jugó un gran partido, fue contundente y eficaz. Sin embargo, la mayor virtud del equipo fue despertarse en la segunda mitad y salir a jugar con la actitud que lo identifica.