Quilmes se fue hasta Chile para jugar un amistoso internacional, con motivos de los festejos que viven este año los dos clubes más antiguos de Argentina y Chile. Fue la Copa Decanos de los Andes, a la que el Cervecero viajó con un conjunto alternativo pero que le sirvió para volverse con el trofeo, gracias a una muy buena producción colectiva. Los dirigidos por Omar De Felippe golearon 4 a 1 a Santiago Wanderers en Valparaíso y ahora lo esperarán en octubre, cuando se dispute la revancha.

Más allá que en el arranque el elenco chileno tuvo más tiempo la pelota, con orden y sin desesperarse el QAC supo controlar bien a su rival (apenas recibió un remate peligroso del argentino Pablo Calandria). Y con el correr de los minutos, empezó a afianzarse en el campo y sacó a relucir su superioridad. Encima, en la primera situación clara, pudo abrir el marcador: iban 35 minutos cuando Gervasio Núñez se metió al área por la izquierda, dejó dos rivales en el camino y cuando le salía el arquero David Reyes remató de zurda cruzado. Tremendo golazo de la figura más importante que tuvo el partido.

Y apenas tres minutos más tarde, Jacobo Mansilla habilitó a Leandro Díaz, la defensa local dio mal el paso adelante y el mediocampista derecho quedó solo de cara al arco. Allí decidió picar la pelota por encima del arquero, para estirar la diferencia en el marcador.

En la segunda mitad, el local intentó salir a buscar con más decisión, pero en el primer contraataque cervecero, llegó el tercero. Iban 5 minutos cuando Fernando Telechea tocó corto para Leandro Díaz, que se metió al área por la derecha, tiró un centro, la pelota se desvió en Boris Sandoval y se le metió por arriba a Reyes.

A partir de ponerle la rubrica al encuentro, el entrenador cervecero decidió empezar con las modificaciones. Por eso, hicieron su aparición Cristian Insaurralde, Emiliano Carrasco, Ismael Quilez, Fernando Elizari y Miguel López. El equipo no se resintió, y en una contra marcó el cuarto: Elizari tocó para Insaurralde, que entró solo al área, definió violento y a pesar de que el arquero Mauro Viana (que había entrado minutos antes) tocó la pelota, está terminó ingresando.

De ahí y hasta el cierre, solo quedó tiempo para los ingresos de Alan Alegre, Matías Morales y Gonzalo Acevedo (lo que permitió que se movieran todos los futbolistas que formaron parte de la delegación) y para un penal dudoso marcado por el arbitro, a favor del local, que Ariel Cólzera transformó en gol.

De esta manera, Quilmes se quedó con el partido de ida y con la copa en juego, a la espera de la revancha, que podría jugarse el 13 de octubre en el Estadio Centenario. Pero lo más importante fue que De Felippe pudo conocer la actualidad del resto del grupo. Un grupo que retorna feliz, con la copa en el bolso.