La excursión de la delegación del Círculo Universitario por suelo sudafricano tuvo acción hasta el tramo final. En el día previo a que gran parte del plantel comience su regreso hacia nuestro país, las distintas categorías disputaron un nuevo compromiso amistoso en el Franschhoek High School. Frente a rivales diferentes, a la Primera le tocó enfrentarse con los Calvilliers, consiguiendo una estupenda victoria, para redondear una excelente producción a lo largo de toda la gira.

A diferencia de lo ocurrido en la presentación en Saldanha, el lugar elegido para los últimos partidos de la gira contaba con tribunas más grandes y vestuarios en mejores condiciones. A primer turno, el Círculo presentó en el primer tiempo un equipo alternativo que haría las veces de Pre-intermedia B, compuesto por un mix de jugadores jóvenes y alguno que otro experimentado.

Por su parte, el adversario paró una formación de enorme tamaño y una agresividad descomunal que sobrepasaba los límites de la mala intención. Golpes de puño y pisadas en rucks, más embestidas con el simple propósito de lastimar al rival conformaron un coctel de fricción desmesurada durante el partido. Encima, el árbitro resultó ser un inexperimentado al que se le escapó de las manos el encuentro.

El primer parcial finalizó 25-0 a favor del local, claramente superior físicamente. Así formó ese equipo: Francisco Comelles, Federico Latronico, Franco Gargiulo, Alejandro Dueñas, Mariano Roncoli, Alejo Larosa, Fernando Amor, Malcolm Benítez, Ezequiel Meijide, Ignacio Carrizo, Agustín Pelaye, Thomas Sacchi, Horacio Ameal, Geronimo Iribarne y Francisco Vega.

En el segundo, ingresó la Pre-intermedia A y la cuestión se niveló en todo sentido. Hubo una leve diferencia de 10-0 para los Legends, aunque el contexto arbitral no ayudó en nada a las aspiraciones nuestras de remontarlo. Con las modificaciones, el quipo formó con Leandro Dinolfo, Eric Ilardo, Diego Díaz, Juan Zampino, Martín Pagella, Ezequiel Uriel, Lisandro Iribarne, Cristian Setelik, Ezequiel Meijide, Ignacio Ponce de León, Agustín Martinelli, Alejandro Battistoni, Carlos Trias, Axel Tedesco y Nicolás Laferrera.

Con el mismo árbitro en escena, el duelo entre Intermedia y Rawsonville Rugby Klub fue un calco del anterior, pero con desenlace diferente. La Máquina fue una pared defensiva y explotó las pelotas recuperadas al máximo para llevarse el partido por 17-12. Apoyaron tries Nahuel Seoane, Jonathan Bettiga y Juan Dziuba, mientras que Ramiro Dickson sumó una conversión. Otra vez primó la fricción y los golpes sobre el juego.

No obstante, hay que destacar la prueba de autoridad de la Intermedia, que alineó a Emiliano Jauma, Jonatán Bettiga, Nicolás Haringa, Rodrigo Rosas, Facundo Hernández, Juan Duch, Leandro Gauto, Sebastián Perata, Pedro Martínez Gerber, Fernando Alfonso, Dennis O’Keefe, Nicolás Ponce de León, Juan Dziuba, Nahuel Seoane y Ramiro Dickson.

La División Superior del CUQ arrinconó contra el ingoal durante tiempo y medio a los Calvilliers, equipo de buen pasar en la liga regional. No obstante, cada vez que se disponía a concretar el try, le cobraban alguna infracción. Sometió con los delanteros y se llevó con rueditas al pack rival en el scrum, pero nunca le dieron un try penal.

Recién en el segundo tiempo consiguió tomar ventaja con un try de Mauro Amor, que recibió la pelota en una jugada predeterminada y no lo pararon hasta el ingoal. Después, Panchito De Pol apoyó otro buen try de la Primera, que selló el partido 14-0 con las conversiones de Espejón. La formación: Pablo Kwiczor, Andrés Caselli, Said Anache, Juan Pablo Junín, Leandro Kwiczor, Sebastián Sambi, Martin Latorre, Rodrigo Attanasio, Andrés Pierobón, Lisandro Espejón, Juan Roverano, Francisco De Pol, Lucas García, Mauro Amor y Valentín Vassia.

La vuelta

Sin tercer tiempo, el grupo se volvió para el hotel para terminar de armar los bolsos. Los que se volvían le desearon una feliz estadía a los que se quedan hasta el viernes 15 y se dirigieron al Cape Town International Airport.

El arribo en Ezeiza se dio el miércoles por la tarde, y un micro los esperaba para trasladarlos hasta la sede del club, donde se reencontrarían con sus afectos. La odisea por tierra africana había llegado a su fín.