Se trataba de un partido más que trascendente y con suma concentración e importancia lo disputaron ambos equipos durante los sesenta minutos de juego. Entrega, corazón y mente fría para los momentos calientes fue el combo perfecto que eligieron la Asociación Alemana y Central Ballester, para dar un gran espectáculo en una nueva edición de un clásico de la colectividad. La victoria quedó para los quilmeños, que como locales supieron aprovechar de mejor manera sus momentos de acierto, para llevarse el partido por un escueto 30 a 28 final.

Sin dudas, se trataba del partido de la fecha por todo lo que había en juego. Y la verdad que terminaron cumpliendo con creces. La AACFQ se terminó quedando con el duelo de campeones ante Ballester. Los dirigidos por Cristian Gull se impusieron por dos goles, demostrando por qué son los actuales ganadores del Metropolitano.

Poco pesó que el rival llegaba invicto y goleando a todos sus rivales. Tampoco el jugar sin Javier Zago, Eric Gull y Hernán Parrotta. Ni se notó, ya que el local siempre tuvo la iniciativa. Empezó ganando, aunque Ballester nunca se la hizo sencilla y constantemente fue emparejando el tanteador. El trámite del encuentro demostraba que se trataba de un partido gol a gol.

Ante tanta paridad en el juego, los errores empezaron a ser vitales. Por eso, las reiteradas pérdidas de balón de la visita (ayudadas por la buena labor del arquero), le posibilitó a los Alemanes sacar una diferencia en el marcador. De esta manera, se fue al vestuario con una ventaja de cinco tantos: 14 a 9.

El comienzo de la segunda etapa encontró mejor parado a Ballester, logrando achicar la diferencia a dos (17-15). Fue en ese momento cuando todo se hizo más físico y empezaron a llover las exclusiones. Ballester pudo aprovechar mejor ese panorama para ponerse a solo uno gol (23-22). En ese instante llegó un penal clave para el local, que cambió por gol y le permitió cortar con el asedio de su rival.

Los nervios tenían igual resultado negativo para ambos, que cometían errores poco habituales en estos conjuntos. Pese a eso, los quilmeños lograron estirar a cuatro la diferencia (27-23) a menos de cinco minutos para el cierre. Y un penal malogrado fue la sentencia para Ballester, que terminó bajando los brazos y permitiendo que el local terminara el partido sabiendo que la victoria iba a quedar en casa.

Un paso más que importante para la Asociación Alemana en su sueño de luchar por un nuevo título. Y aunque reste mucho por jugar, a esta altura nadie le puede sacar su chapa de candidato.