Cambió la mano para el Círculo Universitario. Después de un flojísimo arranque de temporada, el equipo parece haber encontrado el rumbo en el torneo, ya que este sábado cosechó su tercer triunfo de forma consecutiva. En este caso, fue una lapidaria victoria en su cancha de la Ribera ante Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, a quien superaron por un contundente 38 a 20. De esta manera, el Celeste comienza a creer en sus posibilidades de clasificar para luchar por el ascenso. A diferencia de estos, el Don Bosco entró en la mala y volvió a perder.

Sin dudas que se trataba de un partido clave para el CUQ, ya que enfrente tenía a uno de los principales adversarios a alcanzar, en su lucha por dejar las últimas posiciones de la tabla. Y lo cierto es que, el equipo no dejó dudas en ningún pasaje del encuentro para terminar apoderándose de una victoria que lo sigue mostrando sus reales posibilidades de meterse en la pelea.

Con un tanteador de 11 a 0, el local no dejó dudas en el arranque del juego. Su presión y decisión de ir en búsqueda del triunfo, le permitió encaminar la historia desde temprano. Más allá que GEBA llegó dos veces al ingoal contrario, lo cierto es que los quilmeños tuvieron mucha muñeca para ir manejando los tiempos del cotejo para no complicarse demasiado en el tanteador.

La segunda gran diferencia en el marcador (18 a 7) los hizo aflojar un ratito su rendimiento, pero luego volvería a pisar el acelerador para liquidar definitivamente la historia y llegar a sacar veinte puntos de diferencia (35-15). El resultado final da confianza y permite soñar con mantener este buen andar hasta las fechas finales de esta etapa clasificatoria.

Goleado de visitante

Otra nueva derrota le tocó vivir al Don Bosco Rugby en esta 8va fecha en la Zona B del Grupo II. Ante San Patricio, uno de los conjuntos que aparece en un segundo pelotón detrás de los punteros, lo pasó por arriba para quedarse con la victoria por 37-12.

El primer tiempo fue decisivo para las aspiraciones de las Aguilas. El 22-5 que marcó el tanteador después de esos cuarenta minutos, deshicieron cualquier posibilidad de soñar con sacar un buen resultado en terreno ajeno. La segunda mitad fue un poco más pareja, pero la historia ya estaba sentenciada.