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No será como Dogtown, el lugar de nacimiento del skateboarding moderno en Venice, California, pero Quilmes se parece bastante. Y como ciudad emblema de la disciplina en Argentina, también tiene a sus héroes locales. Tal es el caso de Juano Wallace, quien no solo es un referente del pago chico, sino también un símbolo a nivel nacional, que de la mano de su calidad para patinar, combinada con una actitud inigualable, hasta llegó a tener su propio poster de la mítica revista estadounidense Thrasher. Conozcan al hombre detrás de la leyenda.

- ¿Cómo fue que entre millones de deportes te decidiste por el skate?

- Siempre me gustaron todos los deportes, yo jugaba al rugby en el CUQ y hacía skate al mismo tiempo. Lo que fue pasando, es que me requería mucho tiempo, entonces ahí empecé a patinar más, aparecieron los campeonatos y me copé. Del skateboarding me gustó que es muy libre porque uno no depende de un árbitro. Hace 23 años que patino, ahora tengo 33, y hace 10 que soy profesional. No paré jamás.

- Pero habrá existido algo que te terminó de convencer…

- Sí, yo veía desde la ventana de la casa de mi primo como andaban He-Man, Molina, Chita y “flasheaba” mucho con como bajaban la barranca de Videla o se agarraban de los coches. Ahí me empezó a llamar la atención. Después conocí al Colo Barada, Pico y a La Carla, que tenían una rampa en Garay, atrás del colegio San Jorge. Comenzamos a conseguir material, cosas prestadas y a patinar de esa manera, con referentes que ya tenían buen nivel para la época.

- ¿Y la historia detrás de tu primer tabla?

- Había un local que se llamaba Cutback que en la entrada tenía una rampa. Nunca me voy a olvidar que cortaban la calle Garibaldi y armaban un festival skate-rock. Tocaban bandas, caían skaters del centro y había rampitas en la calle, era espectacular. Ahí vi andar a los más grandes a una velocidad increíble y empecé a joder “mamá, comprame un skate”, fue una Ron Jon.

- ¿Cómo fue el paso de ese comienzo a lo Profesional?

- Después de 4 o 5 años empecé a tener ofrecimientos de marcas. Primero para un local que me daba tablas, gané algún que otro campeonato en principiantes y amateur, y comencé a correr para otra que se llamaba News. Luego pasé a Vairo por varios años, que en esa época estaba bueno. Cuando el skate arrancó a crecer en Argentina ya me buscaron de marcas más importantes como Reef. De ahí que no paré, hasta ahora…

- ¿Cuáles son tus sponsors hoy?

- Estoy corriendo para Vans y Quicksilver, Reacc que es de tablas y Flyer, que son trucks.

- ¿Te hacés cargo que cuando se habla de skateboarding acá, se te nombra siempre como un referente?

- Sí, creo que sí. Sobre todo ahora que con la Escuelita que dicto en el Eh? Park me siento más partícipe. Es una manera de colaborar con algo que es una pasión para mí y que me encanta. Creo que estoy dando una mano más y me pone contento eso. Ya hace bastantes años que estoy en el skate y está bueno que pueda apoyar, no solo andando, sino también dando clases para que esto crezca.

- ¿Cómo ves la movida en Quilmes?

- Quilmes siempre, desde el principio, tuvo skaters del mejor nivel. Por ahí eran 10 chicos, pero que andaban casi al mismo nivel que en Estados Unidos, que es la cuna del deporte.

- Más ahora con toda la información que hay, ves pibes de 10 años que son máquinas…

- Los chicos ahora tienen videojuegos, como el Tony Hawk, que ya les brinda información de cómo son las pruebas, de cómo supuestamente se tendrían que hacer. Eso antes no existía.

- ¿Cómo era en esa época?

- Era muy difícil, los únicos contactos que existían eran de gente que había viajado y traían las tablas. Se hacía con un montón de ganas y con información de alguna revista, como la Thrasher, que ya se conseguía pero no era tan fácil porque te tenías que suscribir. Lo que se da ahora es porque el skatebarding creció mundialmente. Pasó a otro plano.

- ¿Qué diferencias o similitudes encontrás entre esos días y la actualidad?

- En esa época era más “roots”. Se jugaba mucho con una pelea que hoy en día continúa, que es la gente que no lo entiende, lo juzga y no lo ve como un deporte. Esto pasa porque, por más que tenga 30 o 40 años, sigue siendo nuevo. Es muy distinto a los deportes convencionales, entonces choca todavía: “¿y cómo que se practica en la calle?”, y para mí eso justamente es lo que lo hace hermoso…

- Igualmente, más allá de la mayor información, que se haya establecido un skatepark como el Eh? Park habrá tenido que ver con el nivel…

- Sí, pensá que no hay demasiados en Argentina, así que este es un lugar increíble. Se necesitan pistas para que el skate pueda crecer. Hace poco estuve en Brasil, donde hay pistas por todos lados, y compartí sesiones con gente que no está enganchada en la movida de las marcas, las zapatillas, las ruedas, etcétera, y andaban increíblemente. Un brasilero que jugaba al fútbol y tenía la pista a dos cuadras de la casa aparecía con los shorcitos, en patas y en cuero, y la rompía. Juega al fútbol y patina ahí. Veíamos eso y decíamos: como crece cuando existen más skateparks.

- Volviendo a tu carrera ¿qué metas te quedan por alcanzar?

- Seguir andando, poder continuar viajando y patinando. Hace poco vinieron Caballero y Hosoi, tenían 42 años y se pusieron a andar igual, me demostraron que se puede, lo único que el cuerpo ya no te responde como cuando tenías 20. Pero lo más importante que quiero es hacer crecer la escuela, y no solo darla acá, poder viajar también a otros lados. Ahora me llamaron de Ushuaia para dar una clase y dejar profesores de skate allí.

- O sea, vas a seguir toda tu vida subido a una tabla…

- Siempre lo hablo con mi novia y mi mamá y ellas me dicen que ven que yo voy a poder andar siempre y eso me pone muy contento. Imáginate que tenga 60 años y que pueda patear. Porque aparte, al skate, lo empezás a entender cuando te pones más grande y lo más lindo, estoy seguro, que es solamente andar. Las pruebas son hermosas y todo lo que quieras, pero el solo hecho de deslizarte por la calle sin siquiera hacer un ollie es increíble: sentir el viento en la cara, es lo más lindo y contra eso no hay nada mejor. El Skate es para divertirse, solamente para divertirse, algo que digo siempre en la Escuelita, y creo que lo voy a poder hacer siempre.